Raúl Cervantes, quien es la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto para ser nuevo Procurador General de la República, tendrá complicado su cargo no por su capacidad, sino por su personalidad, por su manera de trabajar que es fría y casi impersonal, según dicen quienes lo conocen bien. A Arely Gómez le costó mucho trabajo calmar las aguas entre los padres de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace más de dos años y el hoy ex titular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón por los roces que tenían y el choque de opiniones. Los padres de los normalistas pidieron a Gómez remover a Zerón o no se reinstalaban las mesas de negociación. Al final de cuentas Zerón se fue de la PGR y Gómez retomó la investigación con algunos lineamientos nuevos en uno de los episodios más complicados del sexenio de Peña Nieto, que ahora deberá retomar y enfrentar Cervantes.
Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN, tendrá, de así aceptar, que negociar con sus críticos la definición de reglas mínimas de competencia rumbo al 2018. El líder nacional panista argumenta que la contienda por la candidatura presidencial no ha empezado y que no es tema de debate, pero algunos notables de su partido publicaron, en menos de tres días, dos desplegados en los que piden instalar una comisión de debate y análisis que abra la puerta de una vez a quienes aspiren a ser el o la candidata del albiazul a la Presidencia de la República en 2018.
Guillermo Padrés, ex gobernador de Sonora, ahora también será investigado por su partido a consecuencia de las ausencias a las audiencias citadas por la comisión Anticorrupción. La comisión que es parte de la dirigencia del PAN que preside Luis Felipe Bravo Mena aseguró que aún con la ausencia de Padrés, internamente se continuará con la indagatoria para determinar responsabilidades y decidir expulsarlo definitivamente del panismo.
Miguel Ángel Mancera. jefe de gobierno de la Ciudad de México, rechazó el proyecto de un viaducto en Indios Verdes propuesto por la secretaría de Comunicaciones y Transportes por considerar que no sólo no ayudará al flujo de automóviles de la zona, sino que será contaminante y afectará zonas, de alguna forma, protegidas. Mancera pidió a la SCT reevaluar el proyecto e integrar al gobierno de la Ciudad de México al análisis y debate sobre los proyectos federales antes de pretender imponer ideas.