Raúl Cervantes llegó con mano dura a la PGR, donde se han empezado a presentar renuncias. En las próximas horas sabremos el nombre del nuevo titular de la subprocuraduría más importante de la depedencia, la de Asuntos Jurídicos y de Asuntos Internacionales, donde ya se despidió Salvador Sandoval, quien apenas en mayo había suplido al hidalguense José Alberto Rodríguez Calderón, nombrado en marzo de 2015 por su cercanía con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Otro que salió fue el subprocrador de Derechos Humanos, el yucateco Eber Omar Betanzos Torres que, como Sandoval, formó parte del equipo cercano a la ex subprocuradora Arely Gómez. Nos dicen que habrá muchas más remociones, pero que se esperará el feriado de Día de Muertos para irlas disimulando.
Raúl Cervantes, también dejó a las organizaciones de la sociedad civil con el ojo cuadrado cuando adelantó en el Senado que su intención es avanzar en la transformación de procurador a Fiscal de la Nación. Nos dicen que ya se evalúa la postura oficial sobre este tema y que aunque desde la Presidencia de la República se pide discreción en el tema sí hay luz verde para transitar en uno de los pendientes legislativos en aplicación de justicia.
El tribunal electoral verá llegar a sus nuevos siete integrantes el próximo viernes, y su primera tarea será nombrar al nuevo presidente o presidenta, a quien corresponderá los delicados trabajos de supervisar los procesos electorales de 2017 y 2018. Los finalistas parecen ser Janine Otalora y Felipe de la Mata, ambos con trayectorias reconocidas y respaldos sólidos. Le aseguramos que habrá puñaladas por debajo y arriba de la mesa antes de que la decisión sea formalizada.
Manlio Fabio Beltrones está de vuelta y su objetivo, nos aseguran sus allegados, es 2018. Nos dicen que el sonorense planea giras al interior de la República para ir impulsando la figura de gobiernos de coalición. La estrategia del ex presidente nacional del priismo es impulsar posibles salidas a una eventual problemática en la próxima elección presidencial, donde es casi un hecho que el próximo Presidente o Presidenta de México no tendrá una mayoría para gobernar y deberá compartir ese triunfo a fin de que salga avante su proyecto presidencial.
