De nueva cuenta, el gobierno de la Ciudad de México envió a la Asamblea Legislativa, para su aprobación, un proyecto de Presupuesto de Egresos 2017 subestimado hasta la exageración.
Se repite, así, la tramposa estrategia presupuestal de 2016, la cual se extiende a lo largo del mandato de Miguel Ángel Mancera: presentar un gasto muy por debajo de los ingresos esperados para contar con un enorme remanente cuya finalidad es destinarlo, de manera discrecional, a los intereses políticos que convengan a los personeros de la administración capitalina.
En consecuencia, el grupo parlamentario de Morena en la Asamblea Legislativa ha exhortado a las demás fuerzas políticas ahí representadas a rechazar esta propuesta y así ponerle coto al deshonesto juego del jefe de gobierno.
En contraste, Morena propugna por aprobar un presupuesto justo para los habitantes de la ciudad y distribuir socialmente, de manera justa, los 35 mil millones de superávit que la administración de Mancera obtendrá.
Cabe subrayar que el monto de egresos estimado por el régimen de la ciudad para 2017 es de 190 mil millones de pesos, similar al de 2014 y muy por debajo del cierre esperado para 2016, el cual se estima en alrededor de 225 mil millones de pesos. La diferencia entre uno y otro suma los 35 mil millones de pesos aludidos como superávit.
Esta manera de proceder del gobierno de la ciudad es reiterativa, una coartada para allegarse fondos sin la autorización de la Asamblea Legislativa, único organismo legalmente facultado para ello. Así lo demu-estran, sin resquicio de duda, las cifras del desempeño económico del propio gobierno de la Ciudad de México, el cual, el pasado 30 de abril entregó a la Asamblea el Informe de la Cuenta Pública correspondiente al ejercicio fiscal de 2015, que indica que por tercer año consecutivo, la actual administración capitalina obtuvo un superávit fiscal, en esa ocasión por 12 mil 820.2 millones de pesos.
En el mismo Informe se indica que la recaudación ascendió a 214 mil 647.2 millo-nes de pesos, 26.8 por ciento por encima del monto aprobado para la Ley de Ingresos 2015. En otras palabras, la administración de la ciudad manejó a su libre albedrío, en tres años, 45 mil 424.6 millones de pesos, gracias a la recalcitrante artimaña de achicar, de forma ficticia, los egresos esperados.
Por tanto es imprescindible que la discusión del presupuesto se realice de manera abierta y transparente, que los medios de comunicación conozcan las propuestas de todos los grupos parlamentarios con la finalidad de que el contribuyente cumplido se entere de cuál será el destino de sus aportaciones.
Como advirtió nuestro compañero, el diputado José Alfonso Suárez del Real: “2017 es el año del calentamiento electoral de Mancera”, razón por la cual es necesario regular los recursos para que se orienten a satisfacer las necesidades de la población y no a campañas políticas. Si se aprueba, como ocurrió el año pasado, en “la oscuridad de la noche o la frialdad de la madrugada”, se enviarán mensajes de malos manejos a la población, harta de la falta de nitidez y del manejo corrupto de los recursos ciudadanos.
Una y otra vez, el grupo parlamentario de Morena ha sostenido que un presupuesto justo para la ciudad es aquel que refleja los intereses de la ciudadanía.
En este sentido, la propuesta presupuestal de Morena busca reorientar el gasto social y el desarrollo económico de la capital con la intención de redistribuir socialmente la riqueza. Además, hemos subrayado que los 35 mil millones de pesos de superávit, como asimismo el monto total de egresos, deberán ceñirse al criterio republicano de austeridad.
Con tal propósito hemos postulado que los 35 mil millones de pesos de diferencia entre la propuesta de Morena y la del jefe de gobierno, se asignen de la siguiente manera:
A las 16 delegaciones, 12 mil millones de pesos; al Metro, compra de suelo para el Instituto de Vivienda y construcción de vivienda de interés social, 4 mil millones de pesos a cada rubro. Para suelo de conservación y agua potable, 2 mil millones a cada uno; mil 500 millones para la Universidad Autónoma de la Ciudad; mil millones para el Metrobús y mil más para el Programa de Atención a Adultos Mayores.
Además, 500 millones de pesos al Sistema de Transportes Eléctricos, 500 para Inmujeres, 500 para el sector salud, 400 millones para el Instituto de Educación Media Superior y 400 para comedores comunitarios; 250 para pueblos originarios, 200 millones para desarrollo rural, 200 para parques y 200 más para mercados; 150 millones para fomento agrícola, 150 para el Instituto del Deporte y 50 millones de pesos a infraestructura de movilidad peatonal y de bicicletas.
Asimismo, hemos puesto especial énfasis en que se ejerza el Fondo de Ruralidad para la conservación de áreas verdes, porque la reactivación del campo se refleja en mejor alimentación y abastecimiento de agua para la ciudad.
Cuando en 2018 Morena gobierne la Ciudad de México, la austeridad y el manejo social, honesto y veraz de ingresos y egresos serán la política imperante. Entretanto, continuamos en la búsqueda por establecer un presupuesto que sirva a los ciudadanos.
¡Basta ya de que el dinero de los ciudadanos sirva a políticos corruptos!
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