Niños, jóvenes y adultos vienen con emoción de varias partes del mundo el día en que la luz y la oscuridad no predominan una sobre la otra.
Llegó el equinoccio de primavera, un año más en la que los fieles teotihuacanos acuden a la pirámide del Sol a ofrecer su música y baile en agradecimiento a la naturaleza y a energizarse.
En México, cada año se dan cita el 21 de marzo en la pirámide del Sol miles de personas a establecer una conexión con la madre Tierra y así tener un equilibrio mental y espiritual.