El tenso apretón de manos y las caras serias entre Rex Tillerson y su homólogo ruso, es una muestra más de la desconfianza que reina entre Rusia y Estados Unidos sobre el futuro de Al Assad en Siria.
En rueda de prensa, Tillerson reconoce que «las relaciones con Rusia están pasando por su momento más bajo» pero el balance del viaje dice ha sido «muy productivo». Algo en lo que coincide con Lavrov. Para el ruso, las conversaciones han sido «abiertas y sustantivas».