Los alumnos necesitan fuerza, resistencia y temple. Toman clases de alto rendimiento: ejercicio cardiovascular, nado con pesas, buceo, actividades en playa, alberca y mar. En sus pruebas deben salvar la vida de alguien que haya caído de un bote, haya sido golpeado por una ola o que necesite primeros auxilios por ahogamiento.
Se trata de la Escuela de Búsqueda, Rescate y Buceo (ESBUSREB) de la Secretaría de Marina ubicada en Acapulco, Guerrero, una de las playas más visitadas por los turistas y por lo tanto uno de los mejores escenarios para que los jóvenes pongan en práctica los conocimientos y habilidades adquiridos en tierra.
En esta institución se imparten cursos que preparan a los marinos en el manejo de embarcaciones, se instruye a nadadores de rescate de superficie y helicóptero, y también a salvavidas de playa.
«Lo más difícil a nivel físico serían los entrenamientos, son lo más completos posibles para que en una situación real no se nos dificulte un rescate», asegura José Carlos García Purata, alumno del curso de rescate en superficie.
Aquí, cada uno de los ejercicios implementados por los instructores transporta a los alumnos a una situación de peligro. Replican, por ejemplo, un rescate en helicóptero durante un día lluvioso en el mar.
«La Marina ha tenido más contacto con la población civil a través de este sistema, tenemos que ser más flexibles y más sensibles», considera el Capitán de Fragata del Cuerpo General José Uvaldo Baños, director de la ESBUSREB.
Durante estas vacaciones, la Secretaría de Marina mantiene desplegados 4 mil 486 elementos en 160 playas del Golfo de México, Mar Caribe y Océano Pacífico como parte de la «Operación Salvavidas Semana Santa 2017».
