La captura y extradición de los ex gobernadores de Tamaulipas y Veracruz, Tomás Yarrington Ruvalcaba y Javier Duarte de Ochoa respectivamente, son el reflejo de la «cloaca de corrupción que somete a México», aseguró la Arquidiócesis Primada de México.
En su editorial de este domingo del semanario Desde la Fe, a iglesia expresó que después de la alternancia terminaron los «pactos de poder, y los gobernadores encontraron el perfecto filón de oro para satisfacer voraces ambiciones sin responder a nadie y ejecutar el pago de favores».
Condenó que los gobernadores tengan a su disposición y sin control los recursos destinados para el desarrollo social e infraestructura local, mismos que son usados con fines electorales.
Aseguró que aunque una campaña para gubernatura tiene tope de hasta 50 millones de pesos, una campaña ganadora requiere entre 400 y 700 millones de pesos, lo que «indicaría el engaño y fraude a la ley para fondearse de recursos ilegales, de fuentes no permitidas, incluso del poder corruptor del crimen organizado».
Lamentó que pese a que los líderes de partidos políticos declaren ser representados por candidatos intachables, la realidad es que es más fácil alcanzar el éxito político con «un desequilibrado».
Por último considera que es necesario un cambio de mentalidad para ejercer el servicio público bajo la responsabilidad ética, así como limitar los privilegios, fueros y protecciones extralegales.