De acuerdo con la policía, el atacante de 42 años, Jessie Carlos Javier, de nacionalidad filipina, era empleado del Departamento de Finanzas, un adicto al juego con deudas. Su entrada estaba prohibida en todos los casinos porque su esposa lo había pedido. 36 persona murieron, muchas por asfixia, y otras 54 quedaron heridas en el incendio.
Durante el ataque, Javier robó unas fichas de juego valoradas en 2,3 millones de dólares y después se disparó en la cabeza en uno de los cuartos del hotel.