En agosto de 2016, la foto de un niño de cuatro años, conmocionado, sentado solo en la butaca de una ambulancia, tras la destrucción de su casa, con el rostro recubierto de sangre y polvo, fue compartida por millones de internautas y se convirtió en una de las imágenes emblemáticas del año.
El niño vuelve a ser noticia, por una entrevista que ha realizado una periodista próxima al régimen de Bashar el Asad, quién subió fotos de la misma a su cuenta de Facebook. Se trata de la primera vez que hay fotografías del pequeño tras el bombardeo que asoló su casa.