La «cremación verde» es un proceso que consiste en disolver el cadáver en agua e hidróxido de potasio a una temperatura de 152 Cº y un pH de 14, el cual busca desplazar la opción de incinerar un cuerpo ya que arroja muchos contaminantes.
Esta práctica que tiene el nombre técnico de hidrólisis alcalina origina que el cuerpo e implantes metálicos queden reducidos en tan solo 90 minutos, de acuerdo con el medio español El Confidencial.
Una vez separados de la solución alcalina y pulverizados, la familia recibe las ‘cenizas’ en una urna similar a la que se entrega en los crematorios. “En una época en la que nos preocupamos por el medio ambiente, debemos aprovechar toda forma posible de proteger y preservar los recursos naturales de nuestro planeta”, señala un folleto sobre la llamada “cremación verde”.
La funeraria Bradshaw, en Minesota, Estados Unidos, indica que asegura que “la hidrólisis alcalina es el proceso natural que experimenta un cuerpo tras el entierro, que puede llegar a durar 25 años. La cremación verde consiste en acelerar este proceso natural», indica la empresa.
Sin embargo, esta práctica tiene a sus detractores, quienes cuestionan el uso que se le da a los líquidos que deja dicho proceso, pues al tirarlo por el desagüe puede perjudicar al tratamiento de aguas residuales.
“Aquí hay componentes de medio ambiente y de salud pública que están muy controlados. (Es) un proceso que es bastante largo y requiere un tiempo de estudio”, señaló a El Confidencial Josep Ventura, portavoz de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef).
TE RECOMENDAMOS: