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Venezuela vive una severa crisis económica y política que sumen cada vez más a la nación sudamericana, en donde el presidente Nicolás Maduro anunció un aumento de 50 por ciento en el salario mínimo nacional, el tercero incremento en lo que va del año.
La estrategia del gobierno es defender el ingreso de los trabajadores frente a la escalada de precios, por lo que anunció el tercer aumento del año al salario mínimo, que pasará de 60 mil a 97 mil 531 bolívares (32 dólares a la tasa más alta del sistema cambiario controlado).
Además, decretó el aumento del bono de alimentación, con lo que el ingreso mínimo nacional pasó de 200 mil 21 a 250 mil 531 bolívares (cerca de 85 dólares).
Maduro agregó que el aumento beneficiará a los trabajadores del sector público, militares, policías, maestros, médicos y enfermeras, a partir del 1 de julio.
Maduro a su vez pidió el apoyo a la Asamblea Constituyente, convocada para reformar la Carta Magna, a fin de dominar la inflación.
«Dénme la Constituyente y les doy la victoria sobre los precios y la especulación criminal», dijo el mandatario en un acto con graduados de las misiones de la educación, al anunciar que propondrá una ley para endurecer los castigos a la especulación.
Anunció que en la Constituyente, que será plenipotenciaria y estará por encima de cualquier poder constituido, impulsará una ley que dé poder suficiente para que el «pueblo junto al gobierno, regularicen los precios y castiguen severamente la especulación».
Reiteró que la especulación es el arma principal de la guerra económica y el golpe de Estado contra su gobierno que atribuye a la oposición, de la que formarían parte la inflación, que fuentes independientes estiman superior al 800 por ciento en el último año, y el desabastecimiento.
Los 545 integrantes de la Constituyente, impugnada por la Asamblea Nacional de mayoría opositora y por la Fiscalía General, serán elegidos el próximo 30 de julio.
En tanto, el Papa Francisco urgió hoy a acabar con la violencia en Venezuela y llamó a lograr una solución pacífica a la crisis que afecta al país sudamericano, durante su bendición dominical con el Angelus.
Asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico, justo al mediodía, el pontífice pronuncio esa oración mariana y bendijo a miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, sin importar el agobiante calor.
Al final, durante los saludos, recordó que el 5 de julio próximo se celebrará la fiesta de independencia de Venezuela, aseguró que reza por esa “querida nación” y manifestó su cercanía con las familias “que han perdido a sus hijos en las manifestaciones públicas”.
Los casi tres meses de protestas contra el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro han dejado hasta el momento 86 muertos, según la Fiscalía General.
Las protestas contra el gobierno están por cumplir tres meses. Comenzaron el 4 de abril, luego que la mayoría opositora de la Asamblea Nacional (Congreso) acusó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de haber dado un golpe de Estado al despojarla de sus atribuciones legales con dos sentencias.
La oposición trata de impedir la elección del 30 de julio de los 545 miembros de una Asamblea Constituyente que convocó el presidente Maduro para reformar la Carta Magna.
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