El más reciente episodio de violencia en cárceles de México, que este jueves dejó 28 muertos en un penal de Acapulco, ilustra los persistentes problemas del sistema penitenciario del país, como hacinamiento, autogobierno de reos y corrupción.
El portavoz de seguridad del sureño estado de Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, declaró a la prensa que la riña entre reos del módulo de máxima seguridad del centro penitenciario en Acapulco terminó con «veintiocho personas muertas y tres lesionados, estos últimos no de gravedad».