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Al presentar su solicitud ante el Instituto Electoral de la Ciudad de México para ser candidato sin partido a la Jefatura de Gobierno, José Luis Luege Tamargo afirmó que no lo hace por ambición personal, sino para impulsar la transformación que urge a la ciudad.
En un mensaje a medios ofrecido luego de entregar su documentación, confió en el criterio tanto jurídico como político del Consejo General del Instituto, para que le otorguen el registro, pese al requisito legal de haber renunciado a su militancia un año antes de la elección.
El expanista, quien ofreció en su caso hacer una campaña austera, dijo que seguramente el Consejo del Instituto sabrá comprender que es inaplicable el requisito de un año sin militancia, impuesto en la ley electoral local apenas en julio pasado.
Sin embargo, queda el camino de acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que resuelva el asunto, en el entendido que el derecho a votar y ser votado se considera un derecho humano, consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Imposible ser candidato por el Frente: Luege
Más allá de ese procedimiento, advirtió Luege Tamargo, su candidatura sin partido se considera como un acto de congruencia, habida cuenta de que desde hace meses estuvo señalando, dentro del PAN, que es inconcebible la alianza formada por el Frente Ciudadano por México.
Criticó a las administraciones perredistas que han gobernado durante los últimos 20 años la ciudad, con un criterio clientelar, que no busca el sano desarrollo, sino que ha propiciado la corrupción.
En ese sentido, afirmó que su plan de trabajo consiste en la llamada Agencia CDMX 2050, estrategia creada por expertos en distintas materias y cuya prioridad será devolver orden y lógica al desarrollo de la ciudad, sobre todo para garantizar el abasto de agua al largo plazo.
Además, dijo, atendería temas de seguridad, con una transformación de la Procuraduría de Justicia en Fiscalía, renovación de todos los ministerios públicos, una transformación radical en los penales y poner orden en las inmobiliarias.
Insistió en que el principal problema de la ciudad es el agua, aunque, dijo, la preocupación de los capitalinos es la inseguridad. La primera requiere mucha inversión de capital político y recursos económicos; la segunda, se puede resolver más rápidamente con medidas concretas.
