Rubén Ramírez Cárdenas, mexicano sentenciado a muerte por violación y homicidio en Texas, pidió una hamburguesa de Whataburger y fresas de Irapuato, su tierra natal, como última cena, sin embargo, no le fue concedida.
El estado de Texas ya no concede a los sentenciados el beneficio de elegir su último antojo gastronómico, pero si tuvo derecho a pedir ver a su madre Sanjuana Cárdenas, como su última voluntad.
Ramírez es el décimo primer mexicano que ha sido ejecutado por pena de muerte en Estados Unidos y el décimo en Texas. A éste, no se le permitió elegir su última cena, pues en dicho estado no se cuenta con ese beneficio.
El mexicano de 47 años de edad y originario de Irapuato, Guanajuato, fue condenado a pena de muerte por el secuestro y homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, el 22 de febrero de 1997.
