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Al menos 50 personas murieron el martes en Nigeria después de que un adolescente detonara los explosivos que llevaba encima cuando se reunían los fieles para las oraciones de la mañana en una mezquita, según la policía, en uno de los ataques más mortíferos registrados en la región en varios años.
Las autoridades “aún intentan determinar el número de heridos porque están en varios hospitales”, explicó a The Associated Press el portavoz de la policía Othman Abubakar.
La sombra de Boko Haram está detrás de este atentado terrorista
El ataque golpeó la localidad de Mubi, en el estado noroccidental de Adamawa. Aunque nadie reclamó su autoría en un primer momento, las sospechas recayeron de inmediato en Boko Haram. El grupo extremista islámico tiene su base en el vecino estado de Borno y se le han atribuido decenas de ataques similares.
La milicia cada vez utiliza más adolescentes o mujeres jóvenes como suicidas. Muchos de ellos estaban secuestrados.
El joven que se inmoló el martes detonó sus explosivos cuando estaba en medio de otros fieles, indicó Abubakar.
Aunque el Ejército de Nigeria ha expulsado en lo últimos meses a Boko Haram de la zona boscosa donde tenía su sede, las afirmaciones del presidente, Muhammadu Buhari, de que el grupo había sido “aplastado” a finales del año pasado han demostrado ser prematuras.
Se estima que Boko Haram ha matado a más de 20 mil personas en casi una década de insurgencia, que se ha expandido a los países vecinos y desplazado a millones de personas, creando una enorme crisis humanitaria.
