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La Casa Blanca externó –este martes– su confianza en lograr un convenio favorable con México y Canadá sobre el TLCAN en los próximos 30 días; ante el buen progreso que mantienen las negociaciones.
Sin embargo, la vocera presidencial, Sarah Sanders, evitó anticipar el curso de acción que seguirá Estados Unidos sobre los aranceles a las exportaciones de acero y aluminio que el presidente Donald Trump busca imponer, de no lograrse un acuerdo en ese plazo.
“Esperamos que estas negociaciones sean completadas al final de esos 30 días”, indicó Sanders en rueda de prensa, al preguntarle sobre la posibilidad de que el mandatario autorice una nueva exención para los socios de Estados Unidos en el TLCAN.
El lunes, Trump extendió por 30 días la exención a México, Canadá y la Unión Europea de los aranceles por 25% y 10% sobre sus exportaciones de acero y aluminio, de manera respectiva.
Sanders dijo que la exención en el caso de México y Canadá responde al hecho de que “vemos algunos progreso” en las negociaciones para modernizar el TLCAN; las cuales tienen lugar en esta capital, a nivel técnico.
“No voy a adelantarme a decir cómo se ven; pero tenemos 30 días para continuar en esas negociaciones. Y ojalá podamos alcanzar un acuerdo que funcione para todos”, señaló la portavoz.
México seguirá hasta lograr acuerdo en TLCAN
Por su parte, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo señaló que México no se va a levantar de la mesa hasta lograr un acuerdo para el TLCAN, que sea «bueno» para el país; porque así se ha definido la estrategia.
“Como en toda negociación se tiene que lograr un acuerdo que sea bueno para nuestro país; por lo que estaríamos en la mesa sentados permanentemente hasta lograrlo”, puntualizó.
Lo anterior, después de que el representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que sino se alcanza un acuerdo para el TLCAN en una o dos semanas sería difícil lograr su aprobación en el Congreso.
Respecto a las elecciones del próximo 1 de julio, el funcionario federal comentó que si no se concluye en mayo la renovación del tratado, sería una posición muy incómoda para un nuevo presidente.
Lo anterior, expuso, porque el próximo presidente de México sería recibido con una incertidumbre para enfrentar una nueva relación con Washington; que apenas empezaría y que siempre hay una curva importante de asimilación de la experiencia.
