Solamente faltan ocho días para que arranque el Mundial Rusia 2018 y la selección argentina no está en un buen lugar: sin rival para un último partido de preparación y en medio de un verdadero escándalo diplomático.
El combinado albiceleste ya había sido duramente criticado por aceptar jugar un partido amistoso con Israel en el estadio Teddy Kollek de Jerusalén y ahora también es criticado por cancelarlo.
La Asociación de Fútbol Argentino (AFA) todavía no ha explicado públicamente la decisión, pero reportes de prensa apuntan a que fueron los propios jugadores los que decidieron no viajar a Israel, según el diario Clarín por razones de seguridad y según La Nación en solidaridad con Messi.
Y también se reporta que el propio primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le pidió infructuosamente al presidente argentino Mauricio Macri que intercediera para evitar la cancelación, aunque esto tampoco ha sido confirmado ni por la oficina del premier israelí ni por la Casa Rosada.
Pero, ¿cómo se explican las decisiones argentinas, incluyendo la de aceptar en un inicio jugar un partido potencialmente tan polémico? ¿Y qué han dicho realmente los jugadores?
Cábala, dinero y política
Argentina tiene una larga tradición de amistosos con Israel en las semanas previas a los mundiales que se remonta -y se explica- con el de México 1986, el último en el que se coronaron los gauchos.
La selección encabezada por Diego Maradona goleó 7 – 2 al combinado israelí en Tel Aviv antes de partir a tierras mexicanas, dando lugar a una cábala que hizo que el encuentro se repitiera antes de los siguientes tres mundiales: 1990, 1994 y 1998.