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Luce poco probable que la propuesta republicana para una reforma migratoria en Estados Unidos sea aprobada el miércoles en la tarde por la Cámara de Representantes, un revés que reflejaría las agudas divisiones en el seno del partido en el gobierno.
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Es por ello que la cúpula partidista sopesa una alternativa: aprobar un plan más modesto que solo versaría sobre maneras de poner fin a la política oficial de separación de familias migrantes en la frontera con México.
Tras pasar meses tratando de conciliar las discrepancias entre los más moderados y los más nacionalistas y luego de tener que postergar la votación en dos ocasiones, los republicanos se disponían a asumir el asunto el miércoles por la tarde.
El titular de la cámara baja, el republicano Paul Ryan, calificó la propuesta de reforma migratoria como «una magnífica obra de consenso» y trató de ponerle buena cara pese al desalentador pronóstico.
«Lo que tenemos aquí son las semillas de un consenso que será logrado, ojalá ahora, pero si no, después», dijo el legislador el martes a reporteros.
Reforma migratoria solo muestra la división de los republicanos
La votación es la culminación de meses de esfuerzos republicanos por aprobar una medida sobre un contencioso tema que bien podría definir el control de las cámaras legislativas en las elecciones de noviembre. El Senado rechazó tres propuestas en febrero, incluso una que reflejaba la posición del presidente Donald Trump y dos que fueron logradas con apoyo bipartidista.
Los demócratas y los republicanos más centristas sostienen que los republicanos podrían verse perjudicados con la derrota de la propuesta, pues el partido (guiado ahora por las posturas nacionalistas y antiinmigrantes de Trump) podría alienar a los votantes más moderados, pero el ala derechista del partido prefiere esas políticas. En lugar de hallar un punto medio, las gestiones realizadas por la cúpula partidista solo han demostrado cuán dividido está el partido oficialista en torno a ese tema.
