El grupo extremista Estado Islámico destruyó deliberadamente la producción agrícola en el norte de Irak, obstaculizando el regreso de cientos de miles de personas a sus casas, dijo Amnistía Internacional en un reporte el jueves.
Los combatientes de la milicia radical quemaron o destrozaron huertos, sabotearon pozos llenándolos con escombros, petróleo u otros materiales y robaron o destruyeron bombas, cables, generadores, transformadores y líneas eléctricas vitales, explicó el grupo de derechos con sede en Nueva York.
Amnistía pidió al gobierno de Bagdad que repare las infraestructuras rurales y compense a los desplazados para que puedan regresar.
Los extremistas se hicieron con el control de gran parte del norte de Irak en el verano de 2014. Las fuerzas iraquíes, respaldadas por Estados Unidos, expulsaron gradualmente a los insurgentes de todo el territorio conquistado hasta declarar su victoria hace un año, luego de una costosa ofensiva que destruyó vecindarios y aldeas enteras.
«El daño en el campo iraquí es tan grande como la destrucción urbana, pero las consecuencias del conflicto en los residentes del Irak rural están siendo olvidadas”, dijo Richard Pearshouse, asesor de crisis en Amnistía.
El reporte se centra en la “destrucción deliberada e indiscriminada” en la zona de Sinjar, donde los extremistas masacraron y esclavizaron a miles de miembros de la minoría religiosa yazidí, agregó. Alrededor de la mitad de los residentes en la zona regresaron pero muchos otros dicen que no tienen nada a lo que volver.
Urge reparar el daño causado por Estado Islámico: Pearshouse
Más allá de Sinjar, el análisis de Amnistía ofrece cifras realistas para el resto del país.
«El conflicto contra EI evisceró la producción agrícola de Irak, ahora estimada en un 40% menos que en 2014”, apuntó el reporte. «Antes de EI, casi dos tercios de los agricultores iraquíes tenían acceso a riego; solo tres años más tarde, bajó al 20%. Alrededor del 75% del ganado se ha perdido, llegando al 95% en algunas zonas”.
Las fuerzas sirias e iraquíes expulsaron a la milicia radical de casi todo el territorio que controlaba en su día. Pero el grupo sigue presente en el desierto sirio y en zonas remotas a lo largo de la frontera. Muchos han advertido que podría reaparecer si no se abordan los problemas económicos.
«A menos que haya una asistencia gubernamental urgente, el daño infligido a largo plazo las zonas rurales de Irak tendrá repercusiones en los próximos años”, dijo Pearshouse. «Cuando EI arrasó Irak en 2014, prosperó en base a la pobreza rural y el resentimiento, por lo que el gobierno debería estar preocupado porque algo similar pueda volver a pasar”.
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