Según las proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento económico mundial se reducirá del 3% en 2018 al 2.9% en 2019; esto, en medio de crecientes riesgos adversos del panorama económico.
En las expectativas, el comercio internacional y la actividad manufacturera se han atenuado, las tensiones comerciales siguen siendo altas y los mercados financieros de algunos de los grandes mercados emergentes han experimentado considerables presiones.
Según el informe Global Economic Prospects (Perspectivas económicas mundiales) de enero de 2019, se anticipa que el crecimiento de las economías avanzadas caerá al 2 % este año. Se prevé que la disminución de la demanda externa, el aumento del costo del endeudamiento y la persistente incertidumbre en materia de políticas influirán en las perspectivas de las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
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«A medida que aumenten las dificultades económicas y financieras para los países emergentes y en desarrollo, los avances mundiales en la reducción de la pobreza extrema podrían verse amenazados. Para mantener el impulso, los países deben invertir en las personas, promover el crecimiento y construir sociedades resilientes», afirmó Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial.
¿Cuál es el crecimiento que se espera para cada país en 2019?
- India 7.5%
- Bangladesh 7%
- Egipto 5.6%
- Indonesia 5.2%
- Polonia 4%
- Tailandia 3.8%
- Paquistán 3.7%
- Angola 2.9%
- Estados Unidos 2.9%
- Brasil 2.2%
- Nigeria 2.2%
- Arabia Saudita 2.1%
- México 2%
- Zona Euro 1.6%
Crecimiento pér cápita no sera suficiente en 2019: BM
«La recuperación económica en los países exportadores de productos básicos se ha estancado», destaca el Banco Mundial en el comunicado. Asegura que, por lo tanto, la actividad de los países importadores de dichos productos se está desacelerando. «En 2019, el crecimiento per cápita no será suficiente para acortar la brecha de ingresos con las economías avanzadas en aproximadamente el 35 % de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, porcentaje que aumentará al 60 % en el caso de los países afectados por la fragilidad, los conflictos y la violencia».
Y puede ser peor
Finalmente, este panorama puede empeorar, ya que varios acontecimientos podrían frenar aún más la actividad económica. «El aumento de los costos del endeudamiento podría deprimir los flujos de capitales y provocar una ralentización del crecimiento en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo. El incremento de la deuda pública y la deuda privada en el pasado podría acrecentar la vulnerabilidad a los cambios de las condiciones de financiamiento y de la actitud del mercado. La intensificación de las tensiones comerciales podría resultar en un menor crecimiento mundial y perturbar las cadenas de valor interconectadas a nivel mundial».
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Las políticas orientadas a atenuar los efectos de las fluctuaciones de los precios mundiales de los alimentos pueden tener consecuencias no deseadas si muchos gobiernos las implementan de manera descoordinada. Las intervenciones gubernamentales pueden brindar un alivio pasajero, pero la adopción generalizada de medidas probablemente exacerbe las escaladas de precios de los alimentos, afectando con más fuerza a los pobres. Por ejemplo, las políticas comerciales aplicadas durante el alza del precio de los alimentos de 2010-11 puede haber representado más de la cuarta parte del incremento del precio mundial del trigo y el maíz. Dicha alza llevó a la pobreza a 8,3 millones de personas (casi el 1 % de la población pobre de todo el mundo).
«A comienzos de 2018, la economía mundial avanzaba a toda marcha, pero perdió velocidad durante el año y el viaje podría volverse aún más accidentado este año», afirmó Kristalina Georgieva, directora general del Banco Mundial.
“Los responsables de formular las políticas tendrán dos prioridades importantes para superar los problemas asociados a la informalidad en las economías en desarrollo: diseñar políticas tributarias y sociales para igualar las condiciones entre el sector formal y el informal, y fortalecer la movilización de ingresos internos y la gestión de la deuda”, dijo el director del Grupo de Análisis de las Perspectivas de Desarrollo del Banco Mundial, Ayhan Kose. “Ante un panorama económico más sombrío, estos esfuerzos se vuelven más importantes aun”.
Perspectiva en América Latina y el Caribe
Según las proyecciones, esta región crecerá a un ritmo del 1.7 % este año, respaldado principalmente por un repunte del consumo privado. Se prevé que Brasil se expanda un 2.2 %, suponiendo que se introduzcan rápidamente las reformas fiscales, y que la recuperación del consumo y la inversión supere los recortes del gasto público. En México, se prevé que la incertidumbre en materia de políticas y la perspectiva de una inversión aún escasa mantengan el crecimiento en una tasa moderada del 2 %, a pesar de la menor incertidumbre relativa al comercio tras el anuncio del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Se pronostica que Argentina se contraerá un 1.7 % a medida que la profunda consolidación de la situación fiscal produzca una pérdida de empleos y una reducción del consumo y la inversión.
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