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“Sí tenemos contrapesos… y son poderosísimos”, Martí Batres

El Senado aprobó dos reformas relacionadas con el robo de combustible, para considerarlo delito grave y otra para la operación de la figura de extinción de dominio

Presidir la Cámara Alta ha adquirido otro significado tras la entrada del nuevo gobierno, el cual se apoya en la balanza de los diferentes poderes para encaminar la estrategia comandada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Al respecto, el ex secretario de Desarrollo Social del Distrito Federal y actual senador de Morena, Martí Batres, hace un corte de caja de los primeros meses de la llamada “Cuarta Transformación”.

Estamos en una legislatura que promete mucho en todos los sentidos. Empezamos con la Guardia Nacional, que ya está ratificada en 17 Congresos Locales, ¿cuál es su postura en este sentido?

— Me gustó tu frase de que esta es una legislatura que promete mucho. Y no sólo promete mucho, ya está haciendo mucho. Va con un ritmo fuerte, incluso en la calle me ha tocado gente que me dice: “Van rápido, ¿eh?”, porque en efecto, se ha ido tomando decisión tras decisión. Y no sólo han sido decisiones rápidas y constantes, sino que tienen que ver con lo que la gente está exigiendo. Ahora bien, dentro de estos temas, uno que tuvo un gran realce y gran presencia fue el de la Guardia Nacional, donde tuvimos un consenso muy importante en el Senado y en la Cámara de Diputados, y eso está repercutiendo en los congresos locales.

Pronto tendremos a la Guardia Nacional ya en la calle…

— Sí. Esta reforma constitucional le dará al Presidente de la República una serie de bases para actuar, pero todavía nos faltan las legislaciones secundarias: necesitamos la ley que organiza a la Guardia Nacional, la ley para el registro de detenciones, la ley sobre el uso de la fuerza y reformas a la ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

También tenemos la guerra al huachicol. Desde el Senado, ¿cómo se ha visto todo el tema del robo de combustibles? Ahora parece que está más tranquilo…

— Sí, de hecho tuvo un momento álgido casi empezando el sexenio por la información cotidiana que en las reuniones de la mañana recibió el presidente sobre este tema. Pero antes de que empezara la ofensiva del presidente contra el robo de combustible, ya el Senado de la República había aprobado dos reformas que tocaban el tema. Una para que la figura de extinción de dominio opere también en los casos de corrupción y robo de combustible y otra reforma al artículo 19 de la Constitución, para que se amplíe el catálogo de delitos graves y se incluyan el robo de combustible y la corrupción.

Porque acabar con la corrupción no sólo tiene que ser una intención del gobierno, sino tiene que haber leyes que amparen esta lucha contra la corrupción.

— Claro, porque ahora el que robe combustible ya no va a poder salir con libertad bajo fianza. Eso es importante.

Otro reto para el Senado y para el gobierno en turno es la austeridad. ¿Se está cumpliendo a rajatabla el tema de la austeridad?

— El Senado fue de los primeros en dar su contribución. Una de las ideas dominantes de esta nueva etapa de transformación del país es la de la austeridad republicana. Y aquí aprobamos, en la primera sesión del Senado, un plan de austeridad. Y con ese plan acabamos con el “bono de bienvenida”, que eran cerca de 400 mil pesos que se daban a cada senador por el simple hecho de comenzar funciones en el Senado. Terminamos con el llamado “complemento de aguinaldo”, que era una duplicación del aguinaldo… ¡80 días de aguinaldo! Luego también terminamos con el sistema de estímulos por evaluación, que son los llamados “bonos de productividad”. Y también cancelamos los seguros de gastos médicos mayores con cargo al erario y los seguros de separación individualizada. Además bajamos en un 50% los presupuestos de los grupos parlamentarios, en un 30% los presupuestos de los órganos de gobierno y retiramos escoltas y guardaespaldas. Retiramos vehículos a cargo de senadores con altas responsabilidades. Hemos reducido el costo de los viajes al extranjero en 42% y, por otro lado, quitamos los vales de despensa y desaparecimos la peluquería y el salón de belleza que estaban en el Senado. Te menciono de memoria algunas de las medidas, y evidentemente tuvieron un impacto, ahorramos mil millones de pesos.

Esta legislatura –en la que ya llevamos 4-5 meses– parece que es una revolución, porque hay que cumplir con todo lo que se ha prometido; sin embargo, tenemos unos entes exteriores que son las calificadoras, que parece que quieren frenar esta revolución, las medidas que se toman tanto en las cámaras como en el gobierno, ¿qué opinión le merecen?

— Es atinado el término que usas. Ésta es una revolución, pacífica, pero es una revolución. Es una transformación. Ahora bien, evidentemente hay grandes intereses que se están enfrentando. Este tema de las calificadoras hay que analizarlo bien, por varias razones. Menciono una: se dice que “no hay contrapesos”. ¿No hay contrapesos? ¿Y las calificadoras qué son? ¿Y los mercados financieros internacionales? ¿Qué más contrapesos? Son contrapesos poderosísimos.

¿Qué tan confiable es la calificación de estos organismos?

— Sobre el tema de las calificadoras, nunca vieron mal que hubiera robo de combustible, huachicoleo, que los funcionarios pagaran sus cirugías plásticas a costa del horario, que hubiera saqueos como el Pemexgate, en fin. Eso nunca lo vieron. Y ahora que se está recuperando el combustible, las calificadoras modifican su calificación sobre Pemex y sobre México. Eso quiere decir que esas calificadoras necesitan conocer la realidad de los países a los que califican. Sería bueno que se acercaran más a México, pero eso nos indica también que esas calificadoras tienen grandes intereses también. Es decir, no son organismos neutros, están soportados por grandes intereses económicos.

Recientemente se está cuestionando la autonomía de instituciones como la Cofece y la CRE. ¿Por qué cuestionar esa autonomía? Y, lo más importante, ¿autonomía es sinónimo de no tener que rendir cuentas?

— Ahora empezó un debate a partir de ciertas críticas que se han hecho por parte de funcionarios, legisladores y por el propio presidente de la República a organismos como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y entonces saltan algunos críticos del gobierno y dicen: “Están atacando las autonomías, están vulnerando las autonomías”. Y yo me di a la tarea de explicar que no son iguales algunas autonomías y otras. Hubo quien dijo “es que todas las autonomías son sagradas, son iguales”. No es así. Históricamente, una cosa son las autonomías, producto de grandes luchas sociales, y otra cosa son las autonomías que son fruto de las presiones de los mercados. En cambio, la autonomía de la CRE y de la CNH, está en la constitución, a diferencia de la Autonomía Universitaria, de los pueblos indios, de la Ciudad de México, del INE. Todos esos están en la constitución, pero de los órganos reguladores de energía no están en la Constitución. No tienen autogobierno, no tienen territorio propio, no tienen poderes y no tienen independencia. Evidentemente que una cosa son las autonomías y otra cosa son las otras autonomías.

Otro tema que nos compete, creo que es uno de los ejes centrales de este gobierno, es el bienestar social. Sin embargo, es uno de los temas que tiene más polémica; como puede ser el tema las estancias infantiles, el apoyo a las Organizaciones, el tema de los migrantes…

— Hay un principio que quiere seguir el gobierno federal actual, que es el de que los beneficios económicos lleguen directamente a la población y quiere terminar con el proceso de intermediación. La intermediación, en materia de política social, se daba a través de múltiples instancias: organizaciones sociales, organismos no gubernamentales, figuras privadas a las que se subrogaban servicios públicos. El gobierno busca que los beneficios lleguen directamente a la gente para que el dinero no se quede arriba, no se quede en medio

“En el caso de las estancias infantiles, hay observaciones importantes que se han hecho durante años; por ejemplo, sobre la infraestructura de esas estancias. Algunas se han colocado en condiciones que no son óptimas. El problema aquel de la Guardería ABC precisamente se dio porque no había un edificio construido para ser estancia infantil, sino se trataba de una instalación improvisada: una bodega. Esa es una de las observaciones que se han hecho. Se han hecho observaciones sobre el bajo costo que tienen estas estancias infantiles frente a guarderías bien hechas, y es una relación 10 a 1. Una guardería del IMSS, del ISSSTE, implica una inversión 10 veces superior de éstas que son subrogadas. Y hay otro cuestionamiento que se ha hecho sobre la idea de que no se corresponde el número (de niños) que se afirma tener en cada una de las estancias con la realidad.

Quizás lo que falta es un poco más de explicación de cómo se van a transformar estos programas.

— Sí, falta información, sobre todo de las alternativas que se van a hacer. Hay que tomar en cuenta que el gobierno actual tiene una gran vocación social y está generando un aumento en inversión social. Se están apuntalando nuevos programas de impacto social como el programa Jóvenes construyendo el Futuro, la pensión a adultos mayores que inició en la Ciudad de México, ahora se está extendiendo a todo el país, de carácter universal, con medio salario mínimo para todas las personas que tengan de 68 años en adelante y está también el programa de personas con discapacidad. Todo esto forma parte de una nueva inversión social.

Tatiana Clouthier y Mario Delgado presentaron la iniciativa de reducción del 50% del presupuesto a los partidos políticos. Me gustaría conocer su opinión de esta iniciativa y si esto es un golpe a la oposición.

— En primer lugar, mi opinión es favorable. De hecho aquí en el Senado se han presentado iniciativas también en el mismo sentido. Y ya en su momento hubo una declaración de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, en el mismo sentido: forma parte del proceso de austeridad republicana. No puede haber austeridad en todos lados y que en los partidos no haya. Debe de haber también reducción del presupuesto de los partidos políticos. Hemos hablado sobre eso. Ahora, la fuerza política que sería más afectada sería Morena, pues es la que sería –si no se tocan los presupuestos– la más beneficiada con los presupuestos electorales. Entonces, el recorte, a quién más perjudica es a Morena.

Pero no es lo mismo estando en el gobierno que en la oposición.

— Morena estuvo en la oposición. Es más, se forma como partido político en 2012 y obtiene su registro en 2014. En 2015 empieza a recibir prerrogativas y gana la Ciudad de México prácticamente sin recursos. En las elecciones de 2015 tuvo una bancada de menos de 40 diputadas y diputados. Eran 35 y luego fue subiendo con los que se fueron adhiriendo, pero eran 35. Y luego llega la elección 2018… y no ganó por tener muchos recursos.

Ya que habló de la presidenta de su partido, hoy hay en las filas de su partido gente que dice que Yeidckol es un ente desestabilizador en Morena.

— No conozco a ningún afiliado al partido que diga eso. Y expreso mi respeto total a la presidenta de Morena. Es importante en esta construcción el elemento de la institucionalidad. Ser mayoría implica más responsabilidad aún con la institucionalidad y en este nuevo marco tenemos que ir visualizando las responsabilidades que tenemos. Gobierno es una cosa, poder legislativo es otra, el partido es otra y son ámbitos que forman parte de los instrumentos para la transformación, pero cada uno tiene características distintas. Entonces, desde aquí refrendo mis respetos al partido y a la dirección del partido.

Los primeros resultados

Ya centrándonos en la Cámara Alta, en estos meses cuál sería el corte de caja y el nivel de producción legislativa en el Senado?

— Bueno, el Senado de la República tiene una capacidad récord de trabajo. Ahora tuvimos, en el periodo ordinario pasado, horas de trabajo récord, casi duplicamos las horas de trabajo que han habido en otros momentos y hemos aprobado también muchas reformas y legislaciones. Pueden medirse cuantitativamente, pero también cualitativamente. Estamos hablando de varias reformas constitucionales. Sacamos adelante la reforma de extinción de dominio, la reforma de delitos graves, de Guardia Nacional, la Ley Nacional de los Pueblos Indígenas, la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República, la legislación de seguridad social para las parejas del mismo sexo, la ratificación del Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo.

Sacamos adelante la publicación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, porque el presidente anterior no la quiso publicar, entonces el Senado la tuvo que publicar. El Senado ha sacado una buena cantidad de reformas que tienen que ver con Hacienda, Educación y Derechos, especialmente para grupos vulnerables. Ha habido, además, un conjunto de nombramientos que ha hecho el Senado: ministros de la Corte, magistrados electorales locales, ha designado magistrados agrarios, ha ratificado a secretarios de Estado, de la Función Pública y de Relaciones Exteriores; a los subsecretarios de Relaciones Exteriores, a los funcionarios de los órganos de dirección de los medios de comunicación públicos; en fin… y muchos de estos, la gran mayoría, son por mayorías calificadas.

Ha sido intensa la actividad del Senado y ha tenido un cierto toque simbólico. En las rejas del Senado se exhibieron las fotografías de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Se colocaron las primeras letras de oro en este recinto, porque es nuevo y aquí no había y las primeras letras de oro están dedicadas al Movimiento Estudiantil de 1968 y se ha cumplido el programa de austeridad republicana.

¿Está satisfecho con el trabajo realizado hasta el momento?

— Yo creo que el Senado ha caminado bastante bien, yo estoy satisfecho. Faltan muchas cosas. Ahora tenemos pendiente hacia adelante temas de transformación. Está pendiente el tema del fuero y de la inmunidad presidencial. Está el tema de la paridad (mujeres, hombres) en los órganos del estado. Está el tema de la consulta y revocación de mandato. Vamos a tener el tema que ya empezó en la Cámara de Diputados, de la Reforma Educativa y vamos a tener el tema de la Reforma Laboral, que puede ser la primera reforma laboral progresiva en décadas, ¡en décadas! Entonces, todavía tenemos muchos pendientes. Yo espero que estos dos meses que quedan del periodo ordinario de sesiones sean muy fructíferos para sacar estos resultados.

“Si me preguntaras cuál es la prioridad inmediata, la reforma sobre el fuero presidencial. Hay una iniciativa del presidente, hay que apoyarlo. Si él está planteando que el presidente de la República pueda ser juzgado por fraude electoral y corrupción, pues obviamente hay que apoyarlo”.

Y hay que aprovechar el consenso que hay en la actualidad…

— Hay que aprovechar el impulso del consenso que ocurrió con la Guardia Nacional, aunque evidentemente el consenso se construye todos los días.

¿Hacia dónde debería caminar México? Desde este punto vemos que el Senado es prácticamente una cámara que muchas veces no se toma tanto en cuenta y ahora está agarrando protagonismo.

— Hemos vivido una realidad en la que prácticamente sólo existía un poder. Existía solamente el Poder Ejecutivo. Ahora empieza a nacer el Poder Legislativo, y no digo que en este momento, ya han habido momentos interesantes como la coyuntura del 97 que le quita al partido de Estado la mayoría absoluta en el Congreso, específicamente en la Cámara de Diputados. Permitió aquella ceremonia célebre en donde Porfirio Muñoz Ledo le contesta el informe a Ernesto Zedillo. Fue un momento luminoso del poder legislativo en esta nueva etapa. No volvimos a ver una escena así en otro momento, pero vimos poco después aquella escena formidable donde los indígenas zapatistas se dirigieron a la nación desde la máxima tribuna de la misma. Ha habido una serie de momentos interesantes y ahora se confirma una tendencia.

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