Portugal desplegó soldados el martes para conducir camiones cisterna y distribuir combustible, en el segundo día de una huelga de camioneros por demandas salariales.
Policías también participaban en las entregas, ya que unas 500 de las tres mil gasolineras del país se habían quedado sin existencias.
El gobierno emitió una orden permitiendo la intervención del Ejército. También activó una ley poco utilizada que contempla penas de hasta dos años de prisión para huelguistas que no cumplan los servicios mínimos de repartos diarios establecidos por el gobierno.
Las medidas se anunciaron el lunes por la noche tras decidir que los aeropuertos internacionales y gasolineras en la región turística del Algarve, en el sur del país, que recibe a un millón de turistas en agosto, no estaban recibiendo sus suministros estipulados.
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