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Porfirio, el alfil que aspiró a ser Rey

El Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, se ha distinguido y destacado por ser una voz crítica y tal vez el único dentro del equipo gobernante, que es capaz de alzar la voz y hablar sin titubeos, sin rodeos, aún cuando sea algo que no le guste al Presidente de la República.

Se ha ganado el derecho y nadie debe regateárselo.

La culminación de una carrera política zigzagueante, audaz y siempre en la cima del poder, es lo que le da la libertad de seguir sus principios y convicciones; a estas alturas, ya sin ningún interés político, puede y siente la obligación de brindar sus últimos años de lucha a defender los intereses nacionales.

Con el triunfo de la izquierda en las elecciones presidenciales del 2018, culmina satisfactoriamente una historia de lucha, en la que miles de mujeres y hombres dedicaron su vida para lograr una forma de gobierno justa y democrática. Porfirio fue uno de los actores protagónicos que durante ese proceso y desde diferentes trincheras, se mantuvo vigente y presente en cada momento político importante en la vida nacional.

El eterno precandidato presidencial, que se atrevería a interpelar a un Presidente o que llegaría a contestar un informe presidencial desde la oposición, sufriría primero en la sucesión priista de1976, en la que Echeverría se decidió por López Portillo y después en1982 cuando el destapado fue Miguel de la Madrid. Junto con Cuauhtémoc Cárdenas encabezaría la gran ruptura del PRI en 1988, uno de los momentos históricos contemporáneos más importantes y que fue decisivo para llegar al triunfo Obradorista del año pasado.

En 1991 Muñoz Ledo fue abanderado del PRD en la contienda por la gubernatura del estado de Guanajuato, enfrentando a Vicente Fox por el PAN y a Ramón Aguirre Velázquez del PRI. Desafortunadamente para él, la elección se centró entre el siempre polémico Fox y el candidato del PRI, quedando muy relegado.

Para 1999 se intensificaron las diferencias políticas entre Cárdenas y Porfirio, luego de que en 1997 intentará conseguir sin éxito la candidatura del PRD para Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Además, nunca perdonaría a Cárdenas haberle ocultado aquella polémica reunión secreta que tuvo con Salinas de Gortari, posterior a la elección de 1988.

Con la designación de Cárdenas como candidato presidencial por tercera ocasión, la ruptura fue inaplazable en el año 2000 y Porfirio decide contender como candidato del PARM, declinando finalmente en favor del candidato panista Vicente Fox. La alternancia lo ameritaba y su rivalidad con Cárdenas lo impulsaba.

Tiempo después, con Fox entrometiéndose en el proceso electoral del 2006, Muñoz Ledo decidió apoyar al entonces Jefe de Gobierno. Esto marcaría su regreso a las filas de la izquierda donde permanece hasta el día de hoy.

La elección de Muñoz Ledo como Presidente de la Cámara, fue un reconocimiento a su trayectoria, a sus aportaciones a la lucha democrática y le permitió entregar la banda presidencial al primer Presidente emanado de la izquierda y que simboliza el triunfo de las causas populares.

Ahora, el gran reto es desmontar un régimen que por casi un siglo se ha incrustado hasta los huesos del sistema político mexicano. Porfirio lo sabe y no callará ante cualquier cosa que parezca ir en camino diferente. Se lo debe a miles que dieron su vida por ello, se lo debe a México; pero sobre todo se lo debe él.

 

Raúl Avilez Allende  *Especialista en Ciencia Política y Gobierno.

 

 

 

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