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¿Cinco muertes sospechosas vinculadas con el asesinato de la periodista Miroslava Breach?

El Colectivo 23 de marzo investigó qué fue cierto y qué no al vincular cinco muertes con la de la periodista, asesinada en marzo de 2017.

Dos mujeres que se tomaban una selfie al lado de una pista de aterrizaje serrana murieron, al parecer, accidentalmente; un piloto aviador que solía viajar a la Sierra Tarahumara y un maestro de artes marciales retirado fueron asesinados en 2017. Antes de que acabara el año, otro hombre murió baleado también en el norte del país. Todas estas muertes resultaron asociadas al homicidio de Miroslava Breach, ocurrido el 23 de marzo de 2017, en Chihuahua, México.

El Colectivo 23 de marzo, formado por periodistas mexicanos, en colaboración con las organizaciones internacionales Forbidden Stories, Bellingcat y el Centro Latinoamericano de Investigaciones Periodísticas (CLIP), investigaron qué fue cierto y qué no al vincular estas cinco muertes con la de la periodista. También contamos por qué de haberlas investigado en profundidad, las autoridades hubieran arrojado luz sobre el crimen de la respetada corresponsal de La Jornada.

Cada marzo, en la pista ilegal de Chínipas, Chihuahua, pueblo serrano de difícil acceso, que colinda con el estado de Sonora, cantantes de música norteña aterrizan para festejarle su cumpleaños a Alfredo Salazar Ramírez, alias El Muñeco, socio del cártel de Sinaloa, preso en México y con pedido de extradición a Estados Unidos para enfrentar cargos por tráfico de cocaína.

Alfredo es hijo de Adán Salazar Zamorano, Don Adán, preso desde 2011 y patriarca de un violento clan llamado Los Salazares que —como denunció Miroslava Breach en sus notas— ha infiltrado la política local y la policía de varios municipios de la Sierra Tarahumara.

El sábado 25 de marzo de 2017, dos días después del asesinato de Miroslava en Chihuahua capital, los habitantes de Chínipas eran convidados a una carrera de caballos —en honor de Alfredo— en la pista de aterrizaje del poblado; entre ellos estaba Nitzia Mendoza, de 18 años, y su amiga Yoselín Morquecho, de 17, quienes observaban la carrera, trepadas en la caja de una camioneta pick-up estacionada junto a la pista. Pasaban las dos de la tarde, cuando los chicas se tomaron una selfie y según lo difundió la prensa, en ese instante una avioneta las golpeó en la cabeza y ahí mismo murieron. A pesar de que las autoridades municipales guardaron silencio e intentaron negar los hechos, un accidente tan inaudito se volvió noticia mundial.

Un testigo de los hechos que pidió el anonimato relató a este Colectivo que la tragedia ocurrió porque a la misma hora aterrizaron hasta cuatro avionetas. Dijo que un piloto apurado —o imprudente— bajó en el extremo de la pista donde la gente estaba congregada, y por no aterrizar donde debía, Yoselín y Nitzia no vieron llegar su aeronave. “Levantaron a las plebas [chicas], las llevaron al centro de salud y el piloto inmediatamente se fue de vuelta. Así de rápido”, dijo.

Entonces ocurrió algo que hizo enmudecer a todos los chinipenses: un grupo de personas armadas impidió que la gente saliera del pueblo hasta cerciorarse de que borraran toda foto o video de sus celulares. Esto lo publicó días después El Diario de Chihuahua y lo confirmó el testigo: “Al salir de la pista había personas que recogían todos los teléfonos (…), ahí mismo borraron todo (…) entonces salió la gente. No salió nadie antes”.

Cuando los medios locales buscaron a los funcionarios municipales para entrevistarlos sobre la tragedia, ninguno respondió. La dirección de policía de Chínipas negó que ese accidente hubiera ocurrido. Incluso, a diferencia de otras fiestas en honor de Los Salazar publicadas en Youtube donde se ve a cantantes gruperos exaltando en sus corridos las “proezas” de los integrantes de ese grupo criminal (algunos de ellos perseguidos por la DEA), en esta ocasión no hubo rastros en internet. El medio investigativo británico Bellingcat, experto en rastreos de fuentes abiertas, confirmó que “existe una ausencia de información de fuente abierta de imágenes y/o videos tomados por participantes del evento ese 25 de marzo”.

La ley del silencio

No hubo indagación por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que ni siquiera incluyó el accidente entre los ocurridos en 2017, a pesar de que tiene el mandato de investigarlo. La Fiscalía dijo que no tenía el número de matrícula de la aeronave. No hubo más investigación.

Cuando este colectivo preguntó sobre la muerte de Nitzia y Yoselín, no sólo en Chínipas sino en otros sitios de Chihuahua o en Sonora, algunas personas colgaron el teléfono cuando se les explicó la razón de la llamada, o gritaron con pánico que si hablaban las matarían. Cinco personas aseguraron que Los Salazar tienen interceptados los celulares y hasta las redes sociales.

Meses después se supo la posible razón del hermetismo. El 25 de diciembre de 2017, el gobernador Javier Corral publicó en Twitter que había sido capturado Juan Carlos Moreno Ochoa alias El Larry, a quien identificó como el “autor intelectual del homicidio de la periodista Miroslava Breach Velducea”. A El Larry se le acusa de ser el jefe de sicarios en Chínipas.

La valiente periodista, quien al igual que Los Salazares era originaria de Chínipas, había denunciado que el lugar era un pueblo sin ley. Ella misma había cubierto los desplazamientos y asesinatos causados por las disputas territoriales del grupo y su intento por controlar el municipio, ya no sólo con las armas. Habían logrado que el PRI postulara a uno de sus miembros (Juan Salazar Gaxiola) como candidato a presidente municipal para las elecciones de junio de 2016.

Luego de que tumbara esa candidatura (con una nota que también sacó la corresponsal del semanario Proceso en marzo de ese año), y a pesar de que recibió amenazas, Miroslava siguió publicando en La Jornada y El Norte de Ciudad Juárez sus investigaciones. Ella acusó al presidente municipal de ser protector de los narcos y al jefe de su policía (la misma que negó el accidente) de estar comandada por un sobrino de Los Salazares con antecedentes criminales. El municipio, en sí, escribió, estaba infiltrado por grupos del narcotráfico, como otros del estado.

En la audiencia para abrir el proceso judicial contra Moreno Ochoa El Larry, el agente acusador reveló que testigos indican que el 25 de marzo, este hombre tomó una avioneta desde el aeropuerto internacional de Chihuahua hacia la sierra. Iba con él su hermano de crianza, el universitario Wilberth Jaciel Vega Villa, quien, según estableció la fiscalía, había trasladado en su auto al pistolero a casa de Miroslava Breach para que la matara.

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