Un mayor número de jóvenes están optando por no aprender a manejar. La razón rinde a un conjunto de factores. Algunos de ellos son la dificultad de tener acceso a un vehículo, los nuevos servicios de movilidad, cambio de ideología, etc.
Antes el manejar solía ser una ilusión para muchos, especialmente para el género masculino.
Hace algunas décadas, el aprender a conducir era un fenómeno social. Representaba la búsqueda de libertad, la pertenencia al grupo de amigos, popularidad, etc.
Por otro lado, había quienes aprendían a conducir por necesidad. Algo que, seguramente, ocurrirá tarde o temprano a los jóvenes que hoy en día se resisten a hacerlo.
Cuando llegue el momento de formar una familia y deseen desplazarse con mayor agilidad, probablemente reconsiderarán el tener un vehículo en casa.

El problema con esto es de que en las clases de manejo no se desarrollan habilidades para saber reaccionar ante cualquier imprevisto.
A su vez, se aborda muy poco acerca de los problemas mecánicos del auto que pueden surgir en el camino.
También, la mayoría de los aprendices no saben distinguir los límites y las capacidades entre un vehículo y otro.
Por ejemplo, no es lo mismo conducir en carretera en una pickup o en un SUV, que en un sedán, debido a que las camionetas tienden a ser menos estables en curvas y a altas velocidades.
A su vez, no es lo mismo manejar rápido en un auto con sistemas de asistencia, que uno que no las tiene.
De la misma manera, es importante saber qué prestaciones de seguridad tiene un vehículo.

Situaciones de vida o muerte a las que se enfrentan demasiado tarde
En un inicio, los ingenuos aprendices salen a las calles con un poco de temor, pero tratando de ser personas civilizadas.
Algo que, desgraciadamente, se les acabará dentro de poco tiempo cuando agarren más confianza y vivan con prisa todo el tiempo.
Sin embargo, no tardará mucho en que enfrenten situaciones inesperadas y aterradoras (que nadie les advirtió), como las siguientes:
– Cuando te enseñan a manejar, comúnmente te aconsejan «tómate tu tiempo en las salidas y entradas a autopistas, que no te presionen».
El problema es que, si el de atrás ve que te está tomando demasiado tiempo incorporarte, probablemente no te esperará.
Si su movimiento coincide con el tuyo, tendrás que extremar cuidado para que no haya una colisión.

– Otra situación común es el saber que el carril de alta es para rebasar. Hay personas que llevan 20 años manejando y siguen manejando a su ritmo en el carril de alta, bloqueando el tráfico. «Finalmente, yo voy a 80 km como dice el letrero, ellos están mal», piensan.
– Pocas personas saben cómo reaccionar ante un incidente. La mayoría instintivamente opta por pisar el pedal del freno a fondo y dar el volantazo.
De esta manera, es su mala reacción la que puede terminar empeorando las cosas. ¿Una forma de solucionar esto?
Aprender la técnica del manejo a la defensiva e investigar a fondo de técnicas de manejo por parte de pilotos profesionales.
– Una situación que no podemos dejar pasar, es la de los tráileres. Pocas veces se les enseña a los principiantes cuáles son los puntos ciegos de estos vehículos.
Esto ocasiona que desconozcan por qué deben evitar conducir detrás o adelante de ellos, así como por qué deben tener especial cuidado al rebasarlos, etc.
A su vez, los tráileres tienden a abrirse demasiado hacia un lado para dar vuelta justo en el sentido contrario al que se dirigió en un inicio.

– Un error frecuente en los conductores novatos es que abusan de los frenos, en lugar de frenar con motor o desacelerar.
Esto fácilmente puede derivar en un sobrecalentamiento de los frenos que será muy difícil de sobrellevar a altas velocidades.
– Por último, pocos conductores tienen conocimiento del efecto de los medicamentos, enfermedades e incluso deshidratación sobre su manejo.
Una persona bajo el efecto de antidepresivos, antihistamínicos, o con problemas de presión, glucosa, fatiga o deshidratación, definitivamente tendrá reacciones más retardadas.
La lista puede seguir y seguir. Sin embargo, no está demás el replantearnos la importancia de capacitarnos mejor al volante contemplando escenarios de la vida real.
¿Cuál fue tu experiencia cuando aprendiste a manejar?