Uno de los derechos a los que tienen acceso las mujeres es al del trabajo, así como la planificación familiar, decidir cuándo tener hijos o no; asimismo, entre los derechos humanos de los niños es tener acceso a la lactancia materna, pues es también una medida de seguridad alimentaria, por lo cual las empresas pueden apoyarlas para lograr este objetivo a través de las salas de lactancia materna en los centros de trabajo.
De acuerdo con la ‘Guía de fomento de una cultura de lactancia materna en los centros de trabajo’, elaborada por la Secretaría de Salud (Ssa), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), una vez que las mujeres se reincorporan a sus actividades al término de su licencia de maternidad, no tienen por qué renunciar a la lactancia y menos a perder su empleo.
Aunque no siempre es fácil conciliar la lactancia materna con las exigencias laborales, el apoyo de las empresas y del personal que labora en ella puede traer como resultado:
- Retención del talento de una persona competente y con experiencia laboral
- Impacto en la productividad, ya que hasta puede disminuir hasta un 35 por ciento de las incidencias en salud en el primer año de vida y reducir el ausentismo de las madres entre 30 y 70 por ciento
- Satisfacción de continuar amamantando a su hija o hijo durante sus primeros seis meses de vida con la opción de prolongar el periodo hasta los dos años de edad.
¿Cómo funcionan las salas de lactancia?
La guía establece que para implementar una sala de lactancia debe existir el compromiso formal entre los directivos y el personal de la empresa, quejones coordinarán el desarrollo de este espacio, el cual debe ser digno, privado, higiénico y accesible.
“Se recomienda asignar un área amplia, su tamaño dependerá del número de mujeres en edad fértil y las condiciones de espacio físico de cada empresa. Lo importante es contar con el espacio y equipamiento necesario para las mujeres en periodo de lactancia”.
Dichos espacios deberán tener las condiciones mínimas para que puedan extraer su leche, como sillas, dispensador de agua, toallas de papel, fregadero con tarja, refrigerador con congelador para conservar la leche y un reglamento.
En la designación de estos espacios intervienen el área de recursos humanos, la cual deberá anticipar las acciones que de emprenderán cuando la madre regrese de su licencia de maternidad.
“También es necesario el apoyo de los compañeros de trabajo quienes deben comprender que la mujer que amamanta contribuye a un mejor clima laboral, por lo tanto, debe ser respetada y apoyada”.
Estas medidas no sólo son benéficas para las madres, sus hijos y familias, pues las empresas que fomentan la lactancia materna y brindan las condiciones para que esto ocurra tienen menos riesgo de perder a una trabajadora y promueve sus derechos.
Las autoridades laborales y de salud consideran que estos son los beneficios para las empresas:
- Disminuye el ausentismo laboral por enfermedad de la madre y sus hijos
- Asegura la reincorporación al trabajo posterior a la licencia de maternidad
- Obtiene mayor compromiso y sentido de pertenencia de las trabajadoras al brindarles facilidades para continuar alimentando a su hija o hijo
- Mejora la imagen de la empresa ante la sociedad, debido a que se preocupa por el bienestar de las trabajadoras y sus familias, también hace que la empresa sea más atractiva para potenciales trabajadoras
- Incrementa la satisfacción de las empleadas al combinar la maternidad y el trabajo
- Posiciona a la empresa como un referente en igualdad de género y responsabilidad social
- Ahorro en costos de atención a la salud
Gabriela Tinoco es madre de dos jóvenes de 32 y 21 años, a su primer hijo lo pudo amamantar por más de seis meses ya que no laboraba; sin embargo, la segunda ocasión que fue madre sus horarios de trabajo no le permitían alimentarlo directamente, sino a través de fórmulas que compraba en su supermercado, en su trabajo tampoco había un lugar designado para que pudiera extraer su leche.
“Cuando tuve a mi segundo hijo lo alimentaba en las mañanas y noches que lo veía o en mis días de descanso, durante la tarde una cuñada me ayudaba a cuidarlo. En mi jornada de trabajo iba a extraer mi leche a los baños de la empresa, pero la desechaba en los lavabos porque no eran buenas condiciones para guardarla y tampoco tenía un refrigerador que pudiera usar”, expuso.

Actualmente en la tienda departamental donde trabaja hay una sala de lactancia que algunas de sus compañeras utilizan, lo cual le perece una buena decisión de la empresa.
“Ojalá que esta medida se hubiera tomado desde hace muchos años, aunque a mí ya no me tocó usarla, creo que es mejor tarde que nunca, en que reconozcan los derechos que tenemos las mujeres; ojalá esto se pudiera aplicar en todos los trabajos y en las condiciones de seguridad para todas las mamás”.
Actualmente México ocupa el lugar más bajo en América Latina en lactancia materna, debido a esto el gobierno federal impulsa la creación de las salas de lactancia en oficinas de gobierno y empresas.
Además, el Congreso de la Unión promueve una Ley de Lactancia Materna a nivel nacional, como ocurre en el Estado de México desde 2014.
Hasta julio de 2018 se tenían registradas 59 salas y dos clínicas de lactancia materna en México, las cuales beneficiaron a más de 908 mil mujeres.