El representante de Canadá en Naciones Unidas, Richard Arbeiter, aseguró este viernes ante el consejo de seguridad que el reciente suceso aéreo en Irán en el que murieron 63 ciudadanos canadienses es «el último ejemplo» de que «los civiles pagan el precio más alto por los conflictos».
«Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres y mi abuela lo experimentó personalmente, los civiles pagan el precio más alto por los conflictos. En el último ejemplo, los corazones de los canadienses están apesadumbrados hoy después del accidente del vuelo PS752 en Teherán», dijo el diplomático canadiense.
Entre las 63 víctimas de esa nacionalidad, 10 pertenecían a la Escuela de Negocios de la Universidad de Alberta, entre estudiantes, profesores e investigadores. Esta es la lista:
Mojgan Daneshmand, profesora de Ingeniería Eléctrica (Nivel II) en Microsistemas de Radio. También fallecío su esposo Pedram Mousavi, profesor de Ingeniería Mecánica y de Investigación Industrial en Sensores Inteligentes Integrados, así como dos de sus hijas.

Pouneh Gorji: estudiante de maestría en Ciencias

Elnaz Nabiyi: estudiante de doctorado en Filosofía

Arash Pourzarabi: estudiante de maestría en Ciencias

Nasim Rahmanifar: estudiante de maestría en Ciencias

Saba Saadat: estudiante de bachillerato en Ciencias

Amir Saeedinia: estudiante de doctorado en Filosofía

Mohammad Mahdi Elyasi: estudiante de maestría en Ciencias

Sara Saadat: estudiante de bachillerato en Ciencias
Este viernes el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se reunió en Toronto con familiares de algunas de las víctimas del accidente del vuelo 752 de Ukraine International Airlines (UIA).
La Oficina del Primer Ministro no ofreció detalles sobre el número de familiares con los que Trudeau se reunió o el contenido de las conversaciones y se limitó a señalar sobre el hecho.
En la noche del jueves, Trudeau participó en una vigilia frente al Parlamento de Canadá en Ottawa para recordar a los 63 canadienses que perecieron en el accidente. Centenares de personas atendieron a la vigilia que se repitió en otras ciudades canadienses como Toronto, Edmonton y Vancouver.
Toronto, donde muchas de las víctimas residían, es el hogar de unas 100 mil personas de origen iraní, la segunda mayor comunidad persa fuera de Irán, tras Los Ángeles, Estados Unidos, en todo Canadá viven unas 250 mil personas de origen iraní.