Cientos de manifestantes han vuelto a las calles de Bagdad y otras ciudades del sur de Irak, donde se han registrado choques con las fuerzas de seguridad, después de que se haya reavivado el movimiento popular que dio comienzo el pasado 1 de octubre para exigir reformas políticas y económicas.
Una fuente del Ministerio de Interior iraquí dijo a Efe que la tensión estalló en las plazas capitalinas de Al Tayaran y Al Wazba, cuyos accesos fueron cortados por centenares de manifestantes, que también han incendiado neumáticos y se han enfrentado a las fuerzas de seguridad.
«Los manifestantes lanzaron piedras contra las fuerzas de seguridad», que respondieron con gases lacrimógenos para dispersarlos y que causó heridas a al menos una veintena de personas por asfixia, añadió la fuente, que pidió no ser identificada.
Como viene ocurriendo repetidamente desde entonces, los manifestantes en las provincias sureñas bloquearon carreteras y rodearon sedes gubernamentales en las ciudades de Nayaf, Nasiriya, Kerbala y Diwaniya, en las que de momento no se han registrado choques, según la fuente.
Sedes de Hezbolá en Irak fueron incendiadas por manifestantes
Algunos manifestantes de Nayaf prendieron fuego a una de las sedes del partido Hezbolá iraquí en el centro de la urbe y también soldaron las puertas de entrada de varios edificios gubernamentales «para impedir el acceso a los funcionarios», agregó la fuente de Interior.
«Al menos 500 personas han muerto y más de 25 mil han resultado heridas en todo el país desde el inicio de la revuelta el pasado octubre» –Comisión de Derechos Humanos iraquí
Mientras, en Nasiriya los manifestantes «cerraron todos los departamentos del Gobierno, excepto los de seguridad, sanidad y los servicios sociales».
La quema y la clausura de sedes gubernamentales y de partidos políticos, así como el boicot del trabajo en las plantas petrolíferas, es algo frecuente en el sur del país, donde las manifestaciones han sido especialmente violentas.