La violencia contra las mujeres es la consecuencia de la impunidad y la desigualdad que prevalecen en Honduras, donde una mujer es asesinada cada 18 horas y en esas circunstancias murieron cerca de 300 en 2019.
Con motivo de la celebración este sábado del «Día de la mujer hondureña», Bertha Zúñiga, hija de la líder ambientalista Berta Cáceres, asesinada el 2 de marzo de 2016, dijo a Efe que la violencia de género es la consecuencia de una violencia estructural, la falta de sanción y una prevención adecuada.

En Honduras las agresiones contra las mujeres «van escalando», subrayó Zúñiga, quien lamentó que en el país hay «demasiadas armas» que solo generan «muerte y violencia».
La desigualdad y la violencia afectan a las mujeres, especialmente las indígenas, y «si nos quitan nuestros territorios vamos a tener que salir (del país) en caravana masiva».
Las mujeres de la etnia lenca conmemora su día «defendiendo nuestros territorios» y homenajeando los derechos «históricos» que las comunidades han adquirido, indicó.
Zúñiga indicó que el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dedicado a proteger los derechos de los pueblos indígenas y tribales, señala que el Estado está obligado a consultar a las comunidades indígenas sobre la ejecución de proyectos de inversiones concedidos por las autoridades estatales.
Esa disposición «no es una posibilidad, es una obligación del Estado», subrayó Zúñiga, también coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).
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