Mil días. Casi tres años de su vida lleva la mexicana Rosa Sabido refugiada en una iglesia de Colorado, Estados Unidos, evitando ser deportada a México. Tras 32 años viviendo en los Estados Unidos, no ha podido regularizar su situación migratoria.
El portal El Estímulo, de Venezuela, cuenta la historia citando a la agencia AP. Esta mujer que emigró desde México cuando tenía 23 años, junto a su madre, también mexicana. Ingresó a la iglesia porque, pese a la torre de documentos que acumula, no ha habido respuesta. Está en una suerte de «limbo legal» y depende de alguna iniciativa de ley que le permita regularizarse.
«Si gente como yo no alza la voz, si no defendemos a los demás, nada cambiará», dijo Sabido.
REALIZARON VIGILIA A FAVOR DE LA MEXICANA
Un poco más de dos mil personas han firmado una carta solicitando al congresista Scott Tipton que introduzca una iniciativa de ley que proteja a Rosa y, de seguro, a miles de mexicanos en la misma situación que ella.
Se reunieron, también, bajo la proclama «“Rosa Belongs Here» (Rosa Pertenece Aquí), para dar apoyo moral a la mujer que se deprime dentro de la iglesia, la Unión Metodista en la población de Mancos, Colorado, un pequeño pueblo a 580 kilómetros al suroeste de Denver.
«Creo que tengo el derecho de permanecer aquí, y deseo luchar hasta el final», dice.
«ESTOY PERDIENDO MUCHOS MOMENTOS AQUÍ»
Sabido se queja del tiempo perdido del cual, mucho, lo pasa frente a la computadora. No pudo asistir al funeral de su madre por estar encerrada allí.
Sabido tiene, además del tiempo vivido en los Estados Unidos, una razón de peso adicional para quedarse. Quiere ayudar a cuidar al nieto de su hermano, un adolescente de 14 años que vive con su madre y su padrastro porque el resto de la familia de Sabido regresó a México.
La mexicana afirmó: «Siento como que soy un ancla… la única persona de la familia a este lado de la frontera que puede atenderlo y cuidarlo». Un caso que ha llamado la atención de los medios norteamericanos.
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