La conciencia se impone. La historia del youtuber venezolano que salió en México a un supermercado, sabiendo que tenía coronavirus, se hizo viral. Pero, afortunadamente, una historia de ciudadanía saltó al paso y también se viraliza.
Ocurrió en Malasia. Alixson Mangundok caminó por 120 kilómetros, durante tres días, después de regresar de Japón, donde trabaja. No usó transporte público en la intención de no contagiar a nadie con coronavirus.
En el camino, Mangundok ganó un inseparable amigo: un perrito que lo acompañó y a quien bautizó Hachiko. Su historia, positiva y de gran responsabilidad, le ha dado la vuelta al mundo.
EL VIAJE Y LA SOSPECHA DE CORONAVIRUS
Mangundok trabaja en Japón, pero regresó a su país el 25 de marzo. Aterrizó en el aeropuerto de Kota Kinabalu. «Me examinaron y me dijeron que no tenía nada, pero de igual forma no quise tomar transporte público ni avisar a mis familiares», contó al diario malayo The Star.
Pese a no mostrar síntomas, fue derivado a un hospital. Le tomaron muestras y le recomendaron cuarentena en su casa, sin obligación de registrarse. «Debía esperar los resultados de las pruebas», dijo al diario South China Morning Post.
Algunos familiares lo ayudaron con dos maletas grandes y él quedó solo con una mochila. Fue entonces cuando decidió caminar. «Estoy acostumbrado, porque lo hacía en temporadas de caza», explicó.
DISTANCIA DE 120 KILÓMETROS JUNTO A HACHIKO
Los policías que lo retenían en los puntos de control se asombraban de la historia. El perro se le unió poco después de comenzar la caminata «Los oficiales me pedían que descansara en áreas iluminadas. Comí muy poco, mi objetivo era llegar a casa», agregó.
El hombre, padre de dos hijos, cumple su cuarentena en una cabaña en una granja. De momento no ha podido ver a nadie de su familia. «No quiero contagiar a nadie», dice, aunque las pruebas resultaron negativas.
Una historia de esperanza y responsabilidad en un mundo paralizado por el coronavirus. Ojalá muchos aprendamos el ejemplo de Mangundok.
RECOMENDAMOS VER