Bajo la ansiedad, la incertidumbre y el miedo, los poblanos han pasado está cuarentena a causa de la pandemia provocada por el coronavirus, además de que la mayoría considera que después de la emergencia sanitaria la vida tendrá modificaciones tanto en el tema de higiene, como en el laboral y el económico.
De facto, lo más difícil para el 90% de las personas entrevistadas ha sido el contacto físico con las demás personas, el diálogo cara a cara y el poder acudir a sus centros de trabajo como cotidianamente lo hacían.
Aunque no todo ha sido negativo, ya que el confinamiento también ha permitido que las personas convivan más con su familia, aprovechen para hacer actividades que antes no realizaban y reflexionen sobre lo que antes no valoraban.
Por ejemplo a Itzel Romero no le preocupa mucho el confinamiento, ya que ahora ocupa su tiempo para convivir con su hijo y su familia, leer y hacer actividades que fomenten el aprendizaje del menor. No obstante, una de sus preocupantes es la escasez de comida, agua, dinero, e incluso la electricidad.
Para Dalia Martínez el encierro voluntario y el cierre de diversos establecimiento han afectado en su vida diaria, ya que solía acudir al gimnasio, asistir a las plazas comerciales y salir con sus amigos.
«Valoras más lo que tienes, comes sano, pero también la mayoría de las emociones en mi mente son pesimistas, incluso crisis de ansiedad y mucha soledad», comentó.
Juan Andrés inició el encierro desde el pasado 30 de marzo, como papá de dos bebés el confinamiento no ha modificado mucho su día a día porque desde hace un año ayuda a la crianza de sus hijas en el hogar.
Consideró que después de la pandemia las empresas deberían considerar implementar el home office, pues el tener a una parte del personal laboral en casa ayuda a mitigar la congestión vial en las ciudades, reducir gastos de transporte y operativos para las empresas.
«He sentido mucha frustración porque todo el tema económico para, ansiedad porque no podemos salir, yo creo que hasta julio o agosto vamos a tener esto», dijo.
Alan Vázquez ha aprovechado la cuarentena para estudiar más fotografía y seguir practicando sus clases de yoga, además considera que es una oportunidad para prepararse y conseguir un mejor empleo a futuro.
«Me di cuenta que puedo estar más tiempo en casa sin salir a cada rato y gastar dinero sin necesidad», apuntó.
Particularmente, a Ilse Chong solo le han dado una semana de resguardo aunque criticó que en la empresa donde laboran no se han tomado en serio las medidas solicitadas por las autoridades, además de que su jornada laboral se ha incrementado sin recibir por su esfuerzo la remuneración correspondiente.
«Se evidencia que las jornadas laborales en México son excesivas yo trabajando medio día sacó el trabajo completo pero nos obligan a estar horas de más en el trabajo eso es totalmente improductivo», comentó.
En total diez personas fueron entrevistadas con un rango de edad de 26 a 30 años y sólo el 50% actualmente tiene un trabajo seguro.