El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, desoyó las recomendaciones de la Secretaría de Salud Federal para regresar al semáforo naranja debido al despunte de casos de Covid-19.
Hace unas semanas la entidad pasó a semáforo amarillo, pero en las últimos días los casos del virus aumentaron, por lo que la Secretaría de Salud federal decidió retrocederlos en el semáforo epidemiológico.
Sin embargo, el gobernador de Quintana Roo no le hizo caso a esta recomendación y afirmó que seguirán en color amarillo en las dos zonas del estado.
“La región norte, municipios de Tulum, Solidaridad, Cozumel, Puerto Morelos, Benito Juárez, Lázaro Cárdenas e Isla Mujeres, el semáforo del 28 de septiembre al 4 de octubre: nos mantenemos en amarillo; la zona sur, municipios de Felipe Carrillo Puerto, José maría Morelos, Bacalar, Othón P. Blanco, que decíamos la semana pasada llegamos a amarillo, pero empezamos a ver un repunte ‘cuidado les dijimos, no nos vayamos a ir al naranja’, pero bueno, afortunadamente no, la región sur se mantiene en amarillo”, señaló el gobernador.

En Quintana Roo, con un corte al 28 de septiembre, se reportan 11 mil 758 casos positivos y mil 639 defunciones relacionadas a Covid-19. Además también hay 8 mil 928 personas recuperadas, 8 mil 345 casos negativos, 528 casos en estudio.
En los últimos días, las autoridades de salud de Quintana Roo han reportado que la velocidad en los crecimientos de casos ha aumentado.
Uno de los motivos que orillaron al gobernador Carlos Joaquín a mantener el semáforo amarillo en toda la entidad fue porque esta emana regresan los vuelos de Europa a la entidad y porque del 27 de septiembre al 4 de octubre se realiza la Semana de Turismo Rural, en el que se lanzará el Premio Estatal a la Innovación del Turismo Rural.
Al respecto, la diputada local Euterpe Gutiérrez precisó que la llegada del coronavirus a Quintana Roo dejo al descubierto las carencias y falta de atención al sector salud, mismo que no cuenta con suficiente personal, medicamentos, insumos e infraestructura.

En este sentido, Rogelio Gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, precisó que que a siete meses de la llegada del COVID-19 a México, el sistema de salud requiere oxígeno y le urge una transfusión de recursos, pero el Gobierno Federal presentó un presupuesto 2021 raquítico para la salud que reduce el gasto para los más pobres, lo que afectará a las entidades.
“El presupuesto 2021 para la salud es insuficiente y mantiene la desigualdad. Pareciera que no hay pandemia, que no estamos por llegar a 80 mil personas muertas por el Covid-19 según datos oficiales y que no ha habido un incremento en mortalidad en 2020”, sostuvo.
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