MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), ha avisado de que los hospitales y centros de salud de la ciudad etíope de Mekelle, capital del estado septentrional de Tigray y escenario de la ofensiva final del Ejército de Etiopía contra el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), que terminó este sábado, se están quedando sin suministros en medio de una situación confusa por la falta de comunicación con el mundo exterior.
El CICR ha constatado un número no especificado de víctimas mortales aunque ha confirmado que la situación ahora es «tranquila» tras la culminación de la ofensiva militar que comenzó el pasado 4 de noviembre y que ha arrastrado al país a su conflicto más grave de los últimos años.
Sin embargo, el CICR denuncia que las instalaciones «se quedando peligrosamente escasas de suministros médicos para atender a los heridos, así como a otras necesidades y afecciones médicas crecientes», a pesar de la labor desempeñada por las ambulancias gestionadas por la Sociedad de la Cruz Roja Etíope (ERCS) que «han estado transportando a personas heridas y fallecidas al Hospital de Referencia Ayder en Mekelle».
El personal del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha podido visitar otro hospital, el de Ayder, y confirmado que «aproximadamente el 80 por ciento de los pacientes sufrían traumatismos». «La afluencia de heridos obligó al hospital a suspender muchos otros servicios médicos para que el personal y los recursos limitados pudieran dedicarse a la atención médica de emergencia», han explicado.
Según la jefa de operaciones del CICR en Etiopía, Maria Soledad, «el hospital se está quedando peligrosamente bajo de suturas, antibióticos, anticoagulantes, analgésicos e incluso guantes».
Además, el centro carece también de bolsas para cadáveres y los suministros de alimentos también son escasos, «lo que afecta especialmente a quienes se recuperan de una operación y requieren necesidades nutricionales específicas».
«La situación en Mekelle hoy es tranquila y esperamos poder recibir pronto la asistencia que se necesita con urgencia», ha declarado María Soledad, en un día marcado además por la llegada de unos 1.000 refugiados eritreos han llegado a Mekelle desde los campos de alrededor de Shire.
El CICR ha confirmado además que ahora mismo es imposible comunicarse con el exterior. «Actualmente no es posible realizar entrevistas con el personal de Mekelle. Continuaremos compartiendo la información que sea posible sobre la situación en Tigray», ha explicado la jefa del CICR en el país africano.
La escalada bélica que comenzó el pasado día 4, con un ataque del TPLF a una base del Mando Norte en esta región, fue la culminación de un pulso que comenzó con la llegada al poder de Abiy, como primer oromo jefe de Gobierno. El TPLF fue el partido fuerte dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias.
Apartado del poder, el TPLF ha visto en las reformas acometidas por Abiy, en particular las relativas a abusos de Derechos Humanos y de reconciliación con grupos armados entre otros, como una ‘caza de brujas’ contra sus dirigentes, los cuales se vieron en muchos casos apartados de los cargos que ocupaban.
La ruptura definitiva la marcó la creación del Partido de la Prosperidad a finales de 2019 por parte de Abiy para dejar atrás al EPRDF. Todos los partidos que integraban la alianza y algunos más en su órbita se sumaron a la nueva formación, con la excepción del TPLF, lo que también dejó al partido al margen de la toma de decisiones.
En tres semanas de conflicto, más de 41.000 etíopes han cruzado la frontera con Sudán para escapar de los combates, entre ellos 18.000 niños, según ACNUR, que precisa que el 57 por ciento de quienes huyen son hombres. La agencia de la ONU ya se está preparando para asistir a hasta 215.000 refugiados etíopes en los próximos seis meses.