MADRID, 09 feb. (EDIZIONES)
A Willow la paran constantemente por las calles de Worthing, West Sussex, por su llamativo ojo de color verde y su brillante pelaje dorado, pero también porque constantemente parece estar guiñando un ojo.
La perrita perdió su ojo cuando tan solo era un cachorro debido a una infección, pero eso le impidió crecer de una forma normal.
Ahora Willow es una perrita adulta sana que comparte juegos con Mya, otra dachshund miniatura, y con su dueña Lauren Tinton, de 28 años.
Con tan solo un año, Willow es una especie de diva: la conocen como «Willow, la tuerta» y su página de Instagram cuenta con más de 8.000 seguidores.