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Salud.-Expertos reclaman la inversión necesaria para reducir las tasas de mortalidad por cáncer de páncreas en Europa

Los investigadores han hecho un llamamiento a los responsables políticos europeos para que destinen los recursos adecuados a la lucha contra el cáncer de páncreas, una enfermedad casi siempre mortal en la que apenas se ha avanzado en los últimos 40 años. Las últimas predicciones sobre las muertes por cáncer en la UE y el Reino Unido para 2021, publicadas en la revista ‘Annals of Oncology’, muestran que las tasas de mortalidad por cáncer de páncreas se mantendrán aproximadamente estables en los hombres, pero seguirán aumentando en las mujeres de la mayoría de los países de la UE.

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Los investigadores han hecho un llamamiento a los responsables políticos europeos para que destinen los recursos adecuados a la lucha contra el cáncer de páncreas, una enfermedad casi siempre mortal en la que apenas se ha avanzado en los últimos 40 años. Las últimas predicciones sobre las muertes por cáncer en la UE y el Reino Unido para 2021, publicadas en la revista ‘Annals of Oncology’, muestran que las tasas de mortalidad por cáncer de páncreas se mantendrán aproximadamente estables en los hombres, pero seguirán aumentando en las mujeres de la mayoría de los países de la UE.

Los investigadores, dirigidos por Carlo La Vecchia, profesor de la Universidad de Milán (Italia), predicen que 42.300 hombres en la UE morirán de cáncer de páncreas a finales de este año. Después de ajustar las diferencias en la distribución por edad de la población, la tasa estandarizada por edad (ASR) de muertes en hombres será de ocho por 100.000 en la UE este año. Esto representa una disminución del 0,8% en las tasas de mortalidad desde 2015. Entre las mujeres, se prevé que seis de cada 100.000 morirán a causa de la enfermedad en la UE, lo que representa un aumento del 0,6% desde 2015.

Por el contrario, los investigadores predicen que en nueve de cada diez de los otros cánceres importantes las tasas de muerte disminuirán en un 7% en hombres y un 5% en mujeres entre 2015 y 2021 en la mayoría de los países de la UE.

El profesor La Vecchia explica que «entre los principales cánceres, el de páncreas es el cuarto más común y sigue siendo el único que no muestra una caída general en las tasas de mortalidad en las últimas tres décadas en Europa en ambos sexos. Es importante que los gobiernos y los responsables políticos proporcionen recursos para la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer de páncreas con el fin de mejorar estas tendencias en un futuro próximo», reclama.

«Si el cáncer se detecta temprano, es más fácil de tratar con éxito, pero la mayoría de los casos están avanzados en el momento del diagnóstico –prosigue–. Evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, controlar el peso y, por ende, la diabetes son las principales formas que conocemos para ayudar a prevenir la enfermedad, pero solo representan una proporción de los casos. Los medicamentos nuevos y dirigidos están produciendo alguna mejora en el tratamiento, pero es difícil cuantificar su impacto potencial en la actualidad».

Los investigadores analizaron las tasas de mortalidad por cáncer en los 27 Estados miembros de la UE en su conjunto y agregaron el Reino Unido para poder compararlas con años anteriores cuando el Reino Unido todavía era miembro de la UE.

También analizaron los seis países más poblados (Francia, Alemania, Italia, Polonia, España y el Reino Unido) para todos los cánceres e, individualmente, para el estómago, intestinos, páncreas, pulmón, mama, útero (incluido el cuello uterino), ovario, próstata, vejiga y leucemias para hombres y mujeres.

Este es el undécimo año consecutivo en que los investigadores publican estas predicciones. El profesor La Vecchia y sus colegas recopilaron datos sobre muertes de la Organización Mundial de la Salud y las bases de datos de Eurostat de 1970 a 2016.

Así, predicen que habrá un total de 1.443.000 muertes por los diez cánceres en la UE (1.267.000) para fin de año. Esto corresponde a tasas de mortalidad estandarizadas por edad de 130 por cada 100.000 hombres (un 7% menos desde 2015) y 81 por cada 100.000 mujeres (un 5% menos) en la UE.

En comparación con la tasa máxima de muertes por cáncer en 1988, se evitarán más de 4,9 millones de muertes por cáncer en la UE durante el período de 33 años hasta 2021. Solo en 2021, 348.000 muertes por cáncer se evitará en la UE, respectivamente.

Los cambios en los patrones de tabaquismo, un mejor almacenamiento de alimentos y mejores tratamientos están impulsando muchas de las reducciones en las tasas de muerte por cánceres como el de pulmón, estómago y mama.

Sin embargo, aunque las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón están disminuyendo en los hombres, siguen aumentando en las mujeres en muchos países, lo que refleja el hecho de que las mujeres tendían a empezar a fumar más tarde que los hombres en el siglo XX. En la UE, las tasas de muerte por cáncer de pulmón se estiman en 32 por 100.000 en los hombres (un 10% menos), pero en las mujeres será del 15 por 100.000 (un aumento del 7%).

El profesor Paolo Boffetta, editor asociado de epidemiología de ‘Annals of Oncology’, profesor y director asociado de ciencias de la población en la Universidad de Stony Brook, en Estados Unidos y profesor de la Universidad de Bolonia (Italia), recuerda que «el cáncer sigue siendo la segunda causa principal de muerte en Europa después de las enfermedades cardiovasculares».

«Aunque predecimos que las tasas de mortalidad en muchos cánceres disminuirán este año, el número absoluto de muertes por la enfermedad seguirá aumentando debido al envejecimiento de la población –continúa–. Esto subraya la creciente importancia para la salud pública del problema. Un retraso en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer debido a la pandemia de COVID-19 puede aumentar la carga del cáncer durante los próximos años».

El investigador destaca que los resultado de este nuevo informe «son particularmente importantes porque enfatizan el hecho de que las tendencias en la mortalidad por cáncer de páncreas y cáncer de pulmón femenino no muestran el patrón positivo de otros cánceres importantes, lo que subyace a la necesidad de mayores esfuerzos para la investigación y el control de estas neoplasias».

«Las medidas para seguir mejorando las tasas de mortalidad por cáncer deberían incluir dejar de fumar, especialmente en las mujeres, controlar el sobrepeso y el consumo de alcohol, optimizar la detección y el diagnóstico precoz del cáncer de mama, intestino y, en Europa central y oriental, también el cáncer de cuello uterino», recomienda.

Y añade que «es necesario adoptar la gestión de datos en toda Europa, especialmente en Europa central y oriental, y las mujeres deben disponer de vacunas para eliminar el cáncer de cuello uterino, causado por el virus del papiloma humano, y contra la hepatitis B, que está relacionada con el cáncer de hígado. El tratamiento eficaz de la hepatitis C también contribuirá a controlar el cáncer de hígado».

En un editorial acompañante, el profesor José Martín-Moreno, de la Universidad de Valencia, y Suszy Lessof, del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, en Bélgica, escriben que el análisis da motivos para la esperanza. Sin embargo, destacan los problemas potenciales de COVID-19 ya que el cáncer es un «factor de riesgo severo para los pacientes infectados por COVID-19, ya que conlleva una mayor probabilidad de ingreso en la UCI, ventilación mecánica y mortalidad».

«Los aspectos positivos del estudio, la evidencia concreta de que hay margen para una acción eficaz que, con el tiempo, conduce a resultados positivos, no deben enmascarar la sombra de la pandemia de COVID-19. Su impacto en los pacientes con cáncer (y el miedo a ese impacto) se avecina», alerta.

A su juicio, «lo más preocupante a largo plazo sea la parálisis de la prevención programas, cribado y diagnóstico precoz. Desde marzo de 2020 toda la actividad ligada al progreso de las últimas décadas se ha paralizado bruscamente. Es demasiado pronto para valorar los impactos pero parece inevitable que haya consecuencias –escriben–. El posible impacto de la pandemia COVID-19 sobre la mortalidad consolidada real para 2020, para 2021 y más allá, exige vigilancia».

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