Existe una autentica preocupación por la creciente violencia e inseguridad en Nuevo León. Una que tiene al borde del asiento los corazones de las familias, mientras las cifras de desaparecidos, feminicidios y secuestros continúan apilándose en los archivos internacionales, nacionales y estatales.
Es así que en las mentes de las madres y padres flota una sencilla pregunta ¿Qué hacer? ¿Qué hacer frente a los casos de trata de personas que tan sólo en Nuevo León incrementaron 111 por ciento entre 2018 y 2019? ¿Qué hacer con el terror de ver salir de casa a nuestros hijos sin la certeza de verlos regresar? ¿Qué hacer para preservar la paz que se escurre entre nuestras manos?
No es un asunto fácil, pero si uno en el que se debe poner la mayor atención tanto en la agenda del actual gobierno, como en las de las venideras administraciones, porque la seguridad es un derecho ciudadano básico el cual no debe ser descuidado; al contrario, tiene que ser fortalecido.
Es cierto, ya hay avances en la materia, pero aun así la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León denunció, en 2018, 603 delitos relacionados contra la libertad, mientras que el año pasado la cifra se redujo hasta los 546 casos. Y a pesar de estos esfuerzos, todavía se tambalea la estrategia, ya que hay reportes que señalan que durante 2019 se detectaron 38 incidentes de trata de personas en ocho municipios de la entidad.
Una cifra que aislada parece controlable, pero que sumada a los datos de secuestro comienza a mostrar el verdadero problema en el estado. Tan sólo el año pasado se contabilizaron 26 denuncias de secuestro en 13 municipios, donde Monterrey (7), Cadereyta (5), Apodaca (3) y Escobedo (2) encabezan la lista, mientras que Guadalupe, Lampazos, Linares, Pesquería y Santiago registraron un caso en cada municipio.
Además, en el mapa delictivo estatal saltan a la vista 384 denuncias de privación ilegal de la libertad, las cuales concentran la mayoría de los casos en 34 de los 52 municipios de Nuevo León, entre los cuales la mayor cantidad de casos son ubicados en Monterrey con 112, seguido por Apodaca con 37 y Guadalupe, 34.
Nuestro estado, nuestra casa presenta índices de violencia altos que vulneran a toda la población y que han dejado una llaga en la piel de todos los neoleonenses, una que duele profundamente ante la pérdida de nuestros seres queridos. Por eso es importante recuperar la paz de un estado, que tan sólo en 2019 perdió la vida 67 jovencitas a manos de la inseguridad.
De acuerdo a datos de Semáforo Delictivo, los feminicidios siguen escalando en todo el país, un síntoma más de una violencia cada vez más desatada y que deja a su paso cada vez más víctimas.
Prueba de ello son los casos de rapto que ya se presenta en 22 ayuntamientos; donde, de nueva cuenta, Monterrey (27), Escobedo (9), Benito Juárez (8) y Guadalupe (8) se ubican entre los lugares con mayores incidencias.
Estamos frente a una encrucijada por la paz en Nuevo León que pronto deberá tomar un nuevo rumbo.