Opinión

¿Atrapado en una relación castrante?

No es un refrán, pero hay un aforismo que reza que “no hay mujer castrante sin hombre sumiso”. Sin embargo, cuando se trata de las relaciones de pareja (noviazgos o matrimonios) habrá que tener mucho cuidado al momento de desmenuzar las causas por las cuales existen varones totalmente avasallados por la personalidad de su mujer  y que a pesar de que esta situación prácticamente los sofoca en todos los sentidos, hacen muy poco para zafarse de dicho yugo.

En términos psicológicos se le conoce como el síndrome de castración masculina y éste se presenta con demasiada frecuencia en nuestra cultura debido a hombres que durante su niñez y adolescencia desarrollaron un enamoramiento y deslealtad desmedidos por su madre, y que a la hora de trabar una relación de pareja eligen a una mujer con características muy similares a las de su mamá.

Con el transcurso de la cotidianidad, estos “hombres castrados” (a quienes también podemos llamarles sumisos o emasculados) comienzan a manifestar una pérdida de su virilidad y se transforman en individuos socialmente impotentes frente a las mujeres, a quienes consideran peligrosas, vengativas, irascibles e, incluso, inalcanzables. Esta condición propicia que ellos cedan de forma pusilánime a todas las demandas y caprichos que ellas les demandan, detonando que las mujeres les pierdan el respeto, abusen de ellos y los sometan. Y esto no solamente se da en una relación madre-hijo o esposa-esposo, un hombre también puede sentirse “castrado” frente a la jefa de trabajo, la directora de la escuela, las hermanas e, incluso, las amigas.

De acuerdo con la psicoterapeuta Anamar Orihuela, los hombres que presentan el síndrome del hombre castrado tuvieron un padre que maltrató a su madre o ausente y él quería defenderla; se sienten en deuda por todo lo que ella hizo por ellos; tienen mucho apego a la aprobación materna y buscan complacerla; tienen relaciones con mujeres que los controlan y son muy pasivos; y tienen una relación amor-odio con su mamá y no saben ponerle límites.

Pero, ¿cómo saber identificar a una mujer castrante? Es fácil: son controladoras, masculinas, competitivas, impacientes, irrespetuosas, desconfiadas y esconden su miedo a ser lastimadas a través de una actitud agresiva.

Obviamente, todo lo anterior conforma un escenario de maltrato implícito para aquel hombre que consciente o inconscientemente se relaciona con una mujer proclive a ser perversamente dominante. Y para zafarse o evitar caer en una relación de pareja en la que uno de sus integrantes utiliza la castración como sistema de control y dominación, antes que nada hay que hacer una autoevaluación en la que podamos identificar cuáles son nuestras necesidades emocionales y de qué manera esa persona a la que hemos convertido en el objeto de nuestro deseo puede solventarlas sin que tengamos que aceptar la humillación y la sumisión como monedas de cambio. No es fácil escoger a la pareja adecuada, pero si nuestra autoestima y escala de valores están en perfecta sincronía con nuestras necesidades emocionales, será más fácil evitar situaciones desagradables y dolores innecesarios.

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LA ABEJA REINA DE LAS MUJERES CASTRANTES: 

YOKO ONO          

  Se conocieron en 1966 en una galería de arte en Londres y a partir de ese momento ella tomó el control de la vida de él, para bien y para mal. Se trata de la pareja conformada por la japonesa Yoko Ono y el británico John Lennon, considerado la mente maestra de The Beatles, el grupo musical más importante de toda la historia.

Hicieron de todo: música, artes plásticas, activismo político e, incluso, escandalizaron al mundo entero con sus posturas radicales. Sin embargo, hasta el día de su muerte (8 de diciembre de 1980), según personas sumamente cercanas a la pareja, Lennon le cedió la potestad de su vida a Ono, quien prácticamente decidía todo por él.

 

El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y se refiere a una estructura que irrumpe en el psiquismo humano a edad temprana, en íntima relación con el complejo de Edipo (tres a cinco años aproximadamente). Básicamente se trata en el varón del miedo a la pérdida del falo (más allá del pene, en tanto representación de poder, superioridad y posibilidad de reunificación con la madre) a manos de su padre y en la mujer a la constatación de que “ha sido castrada”. El concepto fue descrito por Sigmund Freud por primera vez en 1908 en el texto Sobre las teorías sexuales infantiles, aunque había sido previamente referido ambiguamente en 1900 en La interpretación de los sueños como amenaza de castración. La posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la via psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la angustia.

Fuente: Wikipedia

¿Qué escuchar?

American Woman

LENNY KRAVITZ, 2000

Pegajoso himno roquero de los años sesenta grabado originalmente los los canadienses The Guess Who en 1970 y que hace 13 años rescató Lenny Kravitz para su compilación de éxitos. Tema muy ad hoc con la temática que hoy nos ocupa.

¿Qué leer?

La mujer sexualmente adecuada 

2010

Escrito por Frank S. Caprio, un especialista en temas de sexualidad e hipnosis, este libro prácticamente es el perfecto abecé para todos aquellos que buscan evitar a toda costa ser “conejillos de indias” de aquellas mujeres que todo lo quieren controlar y dominar.

¿Qué ver?

Escuela de rock 

2003

Indudablemente la estrella de este divertido filme es Jack Black (el profesor sustituto Dewey Finn). Sin embargo, lo interesante es que le echen un ojo a la relación de su roomate Ned (Mike White) con su odiosa novia Patty (Sara Silverman), quien le hace la vida imposible ¡a todos!

Consultorio (NO) sexual

Pregunta: Soy un hombre adulto y soltero. Esta última condición la padezco debido al carácter de mi madre, quien es una mujer sofocante y dominante. Ella se ha encargado de que todas mis parejas salgan huyendo despavoridas, porque las quiere investigar, las critica por su manera de vestir y a mí me fustiga todo el tiempo porque a su juicio son incapaz de conseguir a alguien que esté “a mi altura”. ¡Ayúdenme!

Alán Bálcazar Gómez (Saltillo, Coahuila)

Respuesta: Indudablemente es una situación muy difícil por la que pasas, porque, probablemente, quisieras poner distancia (emocional y física) entre tu madre y tú pero seguramente no puedes por lo mismo, porque es tu madre. Sin embargo, como adulto que eres, ya es hora de que tomes las riendas de tu vida y la orientes hacia donde la quieres llevar.

Vía Facebook

• Eduardo Martínez Lara. “Lo que quisieras es salir corriendo, pero no puedes… por los hijos”.

• Alejandro Valdovinos. “¡Ya no puedo! Pero además su menopausia nos va a matar”.

• Alfonso Silva. “Mi ex esposa era así y terminó en divorcio. Por mis hijos aguanté lo más que pude, pero al final vino el rompimiento. Ahora soy una persona más tranquila y feliz”. 

• Moka García. “Lo vivo a diario… ¡auxilio!”. 

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