Opinión

¿Hablas mal de tu pareja o de tu ex? ¡Cuidado!

En el terreno de las rupturas, cuando un noviazgo llega a su fin o un matrimonio abruptamente se ve interrumpido por el divorcio, cuando una de las dos partes involucradas no está del todo convencida y/o conforme con la separación, es de esperarse que una de las reacciones a irrumpir en el microcosmos de estas dos personas que se están desvinculando emocionalmente será un irrefrenable deseo (a veces de uno de los dos, a veces por ambos) de tomar revancha y ésta podría traducirse en un maremágnum de mentiras, calumnias e infamias que uno dirá sobre el otro.

¿Y quiénes serán los receptores de toda esta letanía de comentarios, algunos ciertos y algunos ficticios, todos negativos y cuyo objetivo únicamente será el de acabar con la reputación y la dignidad de quien será víctima de la venenosa lengua del que desempeñará el rol de victimari@?
En una primera instancia serán los hijos, posteriormente el resto de la familia y finalmente las amistades, sin olvidarnos de los vecinos y los compañeros de trabajo. Y es que cuando alguien se decide a exhibir a su ex pareja (vayan ustedes a saber por qué motivos, válidos o no válidos), no hay poder humano sobre la Tierra que frene la sed de venganza de quien la está ejecutando. Porque estas personas, empecinadas en tomar revancha de su ex pareja, son capaces de lo indecible, movid@s por el dolor y el rencor, con tal de ver humillad@ a aquella persona a quien en su momento juraron amar y respetar hasta el último día de sus vidas, incluso sin importarles que vaya de por medio su propia reputación.

Porque, es un hecho incontrovertible, cuando alguien toma la determinación de enlodar la reputación de su ex pareja revelando detalles turbios de él/ella, en la mayoría de los casos acaba, como decimos coloquialmente, “escupiendo para arriba”, porque revela detalles turbios, incómodos e incluso perversos de la intimidad de ambos. Es tanto el dolor y el resentimiento que se encuentra experimentando quien ejecuta este tipo de acciones tan desagradables, que al momento de echar a andar su maquiavélico plan de exhibir al otro, no depara en el enorme daño que se está causando a sí mism@.

Hablar mal del ex novi@ o de tu ex espos@ se considera como una de las acciones más bajas que puede emprender un ser humano. Y si lo hace para poner a los hijos en su contra, entonces socialmente hablando este hecho es todavía muchísimo más reprochable. ¿Por qué? Simple: porque quien hace esto no sólo se desvaloriza en lo personal, también lo hace a un nivel familiar, tomando en cuenta que una de las obligaciones más grandes que tiene un padre o una madre para con sus hijos es inculcarle la intangible, pero valiosísima diferencia entre el bien y el mal. Por lo que cuando un padre o una madre le hablan “pestes” de su madre o de su padre a sus vástagos, no sólo están quebrantando una regla de oro, también los están involucrando en una traumática sinergia de la que seguramente, psicológica y emocionalmente hablando, no podrán recuperarse jamás.

Así que, si tú que estás leyendo esto atraviesas una crisis de ruptura de pareja, te aconsejo que actúes de manera inteligente y decente. Honra el inmenso amor que alguna vez le profesaste a esa persona de la que te estás separando en estos instantes y despliega todo el cariño, respeto y educación que tu dignidad te permita porque, a final de cuentas, “la ropa sucia se lava en casa”.

Y no olviden que todos los sábados los espero, en punto de las 23:00 horas. en su programa Exclusivo para hombres, que se transmite por Telefórmula (121 de Cablevisión y 121 de Sky).

Contexto

La difamación es la comunicación a una o más personas, con ánimo de dañar, de una acusación que se hace a otra persona física o moral de un hecho, determinado o indeterminado, que pueda causar o cause a ésta un menoscabo en su honor, dignidad o reputación. Los orígenes en el derecho anglosajón de la difamación están en los agravios (declaración dañosa en una forma transitoria, sobre todo de forma hablada) y libelo (declaración dañosa en un medio fijo, sobre todo escrito, pero también un cuadro, signo o emisión electrónica), cada uno de los cuales da un derecho de acción. La diferencia fundamental entre libelo y difamación radica únicamente en “la manera” en la cual la materia difamatoria es publicada. Si el material ofensivo es publicado en alguna forma efímera, como hablada o con sonidos, dactilología, gestos y otros por el estilo, entonces esto es difamación. Si es publicado en una manera más duradera, por ejemplo en documentos, películas, discos compactos y otros medios similares, entonces es considerado un libelo.

Ninel Conde: víctima de un patán

Víctima de lo que podemos llamar un no caballero, la bella actriz y cantante mexiquense Ninel Conde, que atraviesa por estos momentos un complicado proceso de divorcio del empresario Juan Zepeda, con quien contrajo matrimonio hace casi seis años, está sufriendo en carne propia las vicisitudes de haber tomado por marido a una persona a quien poco le importa aquello de “la ropa sucia se lava en casa”. Se dice que la causa de la separación entre Conde y Zepeda es una infidelidad (él asegura que por parte de ella; ella jura que él miente… al final sólo ellos saben la verdad). Sin embargo, lo verdaderamente penoso de este caso es que él, presumiendo su ínfima caballerosidad, ha utilizado algunos medios de comunicación para ventilar detalles sobre su relación; mientras el Bombón Asesino ya aprovechó la gigantesca exposición que ofrece la red social Twitter para balconearlo con una suma de dinero que le debe. ¡Ups!

Vía Facebook
• María de Lourdes Amores.“No debe hacerse por más dolida que esté la persona; se trata de un asunto entre dos”.

• Raúl Sánchez. “Es falta de ética como persona andar vociferando cosas privadas o personales”.

• María Mares. “Yo no lo haría, me parece que es una falta de respeto para ambos”.

• Miriam Saldaña. “Una pareja está para sostenerse mutuamente. Eso sería causa de ruptura”.

Consultorio sexual

Pregunta: atravieso un complicado proceso de divorcio, mismo que se ha tensado todavía más a causa de que mi esposa está divulgando entre nuestras amistades detalles sobre nuestra sexualidad (durante un tiempo practicamos el estilo de vida swinger). El asunto en sí me tiene sin cuidado, sin embargo lo que me preocupa es que nuestros hijos (dos muchachos de 19 y 24 años) lleguen a escuchar esos comentarios de boca de sus amigos. Eso sí me devastaría completamente. ¿Qué hago?
Jaime Ricardo Portillo (Acapulco, Guerrero)

Respuesta: tienes que hablar inmediatamente con tu mujer. Desconozco las circunstancias que rodean tu divorcio, pero es evidente que ella se siente agraviada y desea tomar venganza de ello. Te aconsejo diálogo y que le plantees la situación al abogado que está llevando el trámite en cuestión.

¿Qué escuchar?
Alguien te está hablando mal de mí.
RAY SEPÚLVEDA, 1997.
Melodía incluida en su décimo álbum titulado De todo un poco, en donde aborda frontalmente una situación sumamente común: alguien que murmura cosas falsas en su ausencia para perjudicarlo.

¿Qué leer?

Niñas mal/ mujeres malísimas 2009. Escrito por las doctoras Erika Holiday y Joan Rosenberg, este libro nos explica nítidamente las razones por las que una mujer es capaz de herir intencionalmente a otras, un comportamiento que inicia en la niñez y continúa hasta la edad adulta.

¿Qué ver?
Kramer vs. Kramer 1979
.Este drama dirigido por Robert Benton pone de manifiesto el difícil panorama que se desata cuando un hombre y una mujer deciden pelear por la custodia de un hijo hasta las últimas consecuencias. Dustin Hoffman y Meryl Streep lucen formidables.

Para reír…

Los animales de la selva disfrutaban de tremenda tertulia, hasta que se les acabó la cerveza. Como presumían de ser muy democráticos hicieron un disparejo para ver a quién mandaban a traer más bebida.

Y perdió la tortuga.
Pasó media hora y la tortuga no llegaba.
-¡Qué bárbaros!, ¿a quién se le ocurrió mandar a la tortuga?, es relenta –dijo el mono.
-Sí, es verdad, hasta mi suegra que es reumática es más veloz –exclamó la cebra.
-De plano hasta mi bebé que todavía no gatea ya hubiera llegado –comentó el tejón.
-No es por mala onda, pero hasta yo soy más rápido
–presumió el perezoso.
-De plano, esta tortuga es el colmo de la flojera –gritó el venado.
Hasta que de pronto es escuchó la voz de la tortuga:
-Si siguen hablando mal de mí, no voy, ¿eh?

 

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