Mariana Gómez del Campo, PAN
La Ciudad tiene el deshonroso señalamiento de ser la “más contaminada” según el Libro Guinness. La Zona Metropolitana del Valle de México es la más contaminada de todo el país en términos de ozono y la cuarta en cuanto a partículas suspendidas.
Con el fin de mejorar la calidad del aire que respiramos los capitalinos, hace 25 años, el gobierno implementó el programa Hoy No Circula de “manera temporal”, el cual previó restricciones a la circulación de vehículos con motores de combustión interna, con el objetivo de prevenir, minimizar y controlar la emisión de contaminantes.
A dos décadas y media, como la ha señalado el Centro Mario Molina, el programa HNC por no haberse implementado en conjunto con una serie de medidas, lo único que propició es que el parque vehicular en la ciudad pasara de 1.7 a 5 millones de unidades. La Organización Mundial de la Salud sostiene que la exposición a la contaminación atmosférica es el principal factor de riesgo ambiental en el mundo, afectando especialmente a los adultos mayores y niños.
En el PAN llevamos años insistiendo en que en promedio tenemos al año 150 días con mala calidad del aire. Por eso, no es de extrañar que en nuestro país, según datos de la OCDE, las muertes prematuras asociadas con la contaminación aumentaron de 17, 000 en 2005 a más de 21, 000 en 2010. ¿Por qué si se cuenta con estos datos las autoridades han optado por cruzarse de brazos?
El Centro Mario Molina también ha señalado que muchos vehículos que generan altos niveles de emisiones y que lograron acceder al holograma cero fue aprovechando prácticas de corrupción y fallas evidentes en los sistemas de verificación, y que a partir de mediciones realizadas en 2015, cerca del 45% de los vehículos con holograma 0 y más del 80% de los que tienen holograma 2 rebasan los límites permitidos por la normatividad actual. Basta darnos cuenta que pagando el “brinco” de 350 pesos se puede circular todos los días en la capital gracias a la corrupción que impera. Por más cámaras de vigilancia en los verificentros no podrá combatirse la corrupción si no se hace una limpia en la Secretaría del Medio Ambiente desde sus niveles directivos más altos.
Tras 14 años de no ocurrir, volvimos a padecer una contingencia ambiental. La respuesta del gobierno de Miguel Ángel Mancera fue torpe, insuficiente, tardía y contraproducente. Endurecer el Programa HNC no es la solución, la historia lo demuestra. Esta ocurrencia representa un error de tal magnitud que 4 de los 6 gobernadores que participan en la Comisión Ambiental de la Megalópolis le dieron la espalda, hace unos días tuvieron que corregir la plana para permitir que las motos circulen y, para colmo del absurdo, resulta que el gobierno está en un enredo porque existen 2 sanciones distintas para una misma infracción. Circular en día no permitido se castiga con 25 días de la unidad de cuenta y el retiro de la placa en la Ley de Medio Ambiente y con 20 a 30 días y la remisión al depósito en el Reglamento de
Tránsito. ¿Qué sanción van a aplicar?
Este gobierno no se cansa de clavarle el colmillo a los capitalinos. Apuestan por una medida inquisitiva y recaudatoria en lugar de invertir en serio en ampliar y mejorar la red de transporte público; en lugar de defender el bosque de Chapultepec este gobierno entregó a particulares 5 mil metros de su superficie, deterioro que se suma a los más de 10 mil árboles perdidos por obras como el deprimido Insurgentes-Mixcoac.
Urgen soluciones en serio como un programa para instalar Convertidores Catalíticos, acciones contundentes para combatir la corrupción y medidas como la eliminación de baches, la reducción al mínimo de topes, la reelaboración del Reglamento de Tránsito y la regulación de las marchas. Mientras los capitalinos carezcan de verdaderas alternativas cómodas, seguras, eficientes y no contaminantes de transporte difícilmente optarán por dejar el auto en casa. La ciudad requiere acciones verdaderas, no paliativos u ocurrencias.
Alejandra Barrales, PRD
Nuestra capital es la de mayor desarrollo y dinamismo en el país, representa casi el 17% del PIB nacional y en ella vivimos casi 9 millones de habitantes que diariamente circulamos por sus calles impulsando el crecimiento económico. Sin embargo, toda esta movilidad ha traído consigo un grave problema: la contaminación ambiental.
La calidad del aire en la Capital mexicana se ha visto disminuida debido a este vertiginoso movimiento diario, sobrepasando los límites de la normatividad mexicana y las directrices establecidas por la Organización Mundial de Salud (OMS).
La contaminación del aire trae consigo graves riesgos para la salud, de ella derivan enfermedades respiratorias, cardiovasculares, cerebro vasculares, y cáncer de pulmón. Los más susceptibles a padecer trastornos por este aire contaminado son los menores de 5 años, las personas de edad avanzada y las personas que ya presentan enfermedades respiratorias, en suma, más del 30% de los habitantes de la ciudad.
Es por tal motivo, que en respuesta al creciente deterioro del aire que respiramos, se ha decidido modificar temporalmente el programa “Hoy No Circula”, a partir del día 5 de abril hasta el 30 de junio del presente año, con el objetivo de permitir que se restablezca la calidad del aire, de acuerdo a la normatividad mexicana, pero sobre todo en beneficio de la salud de todos los capitalinos.
De acuerdo con un reporte elaborado por la Secretaria del Medio Ambiente de la Ciudad de México, el sector del transporte es el que más afecta, siendo que el 46% de las emisiones contaminantes se desprenden del parque vehicular, en el cual se incluyen los automóviles, camiones, transporte de carga, motocicletas que funcionan por combustión interna a base de gasolinas y diesel, así como microbuses.
Cabe mencionar que hace un par de días, el Jefe de Gobierno Capitalino, Miguel Ángel Mancera, llamó al Gobierno Federal a que de manera urgente se destinen 5 mil mdp para mejorar el transporte público de la ciudad para que verdaderamente haya un cambio ambiental significativo.
Cualquier medida que se tome para mejorar el medio ambiente de poco servirá si nosotros no tomamos conciencia de lo que significa vivir en una ciudad como la nuestra. Si bien, tenemos a nuestro alcance las mejores oportunidades culturales, sociales, de desarrollo y divertimiento en el país, también tenemos una deuda con nuestro ecosistema, pero sobre todo debemos tener el compromiso de preservar y mejorar nuestro entorno porque es el que heredaremos a nuestros hijos y futuras generaciones.
Las soluciones que se tomen deben de estar acompañadas de nuestras acciones diarias, así como de una educación desde la primera infancia, en nuestras casas, en nuestras escuelas, para generar hábitos que ayudarán a fomentar una mejor convivencia, así como una mejor participación ciudadana. Solo así, podemos desde pequeños, formar ciudadanos sensibles y críticos a su entorno.
Nuestro medio ambiente no es una cuestión de decisiones unilaterales ni políticas, es un tema de salud, de convivencia, para que todos vivamos mejor y en donde sólo juntos podemos alcanzar soluciones de fondo.
Ana Lilia Herrera Anzaldo, PRI
Las restricciones al programa Hoy No Circula anunciadas la semana pasada y efectivas a partir de hoy y hasta el 30 de junio en las 16 delegaciones de la Ciudad de México y 18 municipios del Estado de México, es la consecuencia no solo de añejas omisiones, sino de los intereses que promovieron una serie de amparos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y lograron que el criterio aplicable a la obtención del holograma “0” para circular diariamente, se basara en la emisión de contaminantes y no en el modelo de los automóviles.
¿El resultado? Cientos de miles de vehículos volvieron a circular en detrimento de la calidad del aire.
En el segundo semestre de 2014 se tuvieron 72 días fuera de la norma y en lo que va del mismo periodo de 2015, se registraron 103 días en esa condición que atenta contra la salud de todos, sin importar el transporte que utilicemos.
Ahora, las restricciones temporales tienen ante sí el reto de que bajo cualquier condición meteorológica, la calidad del aire en el Valle de México no ponga en riesgo la salud de la población.
El período del ajuste además, servirá para adoptar nuevos estándares e instrumentos que permitan reducir, de manera sostenida, los índices de contaminación atmosférica.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, la contaminación ambiental cobra cada año 1,4 millones de vidas en el orbe.
En la Zona Metropolitana del Valle de México, datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señalan que el número de autos pasó de 1.6 millones en 1986, a 5.3 millones en 2014: un crecimiento promedio de 4.4% por año, superior al 1.3% de la población en el mismo periodo.
Así, en la capital del país se genera el segundo peor congestionamiento vial del mundo y la emisión de gases que emiten los vehículos es la principal causa de contaminación.
En México no se puede seguir incentivando el uso del automóvil, sino que debemos impulsar la movilidad sustentable.
Urgen sanciones ejemplares y puntuales para que tanto el ordenamiento territorial, la construcción de vialidades, así como la creación de transporte masivo dejen de representar un negocio, y sean parte de las soluciones para la sociedad.
Para tener ciudades más humanas y sustentables es necesario reorientar la inversión destinada en infraestructura para privilegiar el transporte masivo, que tome en cuenta también espacios seguros para peatones y ciclistas.