Opinión

La columna de Toño Esquinca: Discernir

No tome una ocupación, un trabajo o una formación sólo porque a un conocido le fue bien o porque “dicen” que ahí se gana mejor o se obtienen ciertos beneficios, recuerde que no todo aplica para todos

Lo que todo mundo dice, porque todo mundo lo acepta, y todo mundo afirma que es lo que está “bien”, son razones que a largo plazo tienen un precio muy alto en cuanto a nuestra libertad de ser se refiere. Si va a creer o decidir algo, hágalo porque usted ya lo comprobó, porque le consta, porque se cercioró o porque su intuición se lo dicta, pero siempre desde usted, y no porque sea lo que está colectivamente aprobado.

A veces elegimos cosas por mera inercia de la conciencia de rebaño, porque nos aterra el qué dirán, o porque no queremos romper lo que se ha acordado como normal, pero esto no siempre es lo que nos acerca a la verdadera expansión de lo que queremos ser. Sea original, sea usted mismo, compruebe dentro de sí que lo que va a decidir sea lo mejor para usted.

No se adormile ante lo estipulado y aceptado, porque en la mente colectiva que formamos todos hay demasiados prejuicios, demasiado dolor incrustado, demasiados resentimientos, demasiados odios, motivos de separación y de guerra. Libérese de que otros piensen por usted, forme su propio criterio basado en su experiencia personal y también en lo que lee de grandes mentes brillantes. Llénese de conocimiento, que no es lo mismo que información chatarra, y hágalo sabiduría con el poder de su filtro interno. Busque la resonancia con las cosas, es decir, ese chispazo que siente muy dentro cuando sabe que algo es para usted.

No tome una ocupación, un trabajo o una formación sólo porque a un conocido le fue bien o porque “dicen” que ahí se gana mejor o se obtienen ciertos beneficios, recuerde que no todo aplica para todos. Deje a un lado los clichés para vivir, porque son como el alimento digerido que alguien ya comió. Elija a su pareja, a su vocación y a sus hábitos basado en sus preferencias, en sus gustos, en su zona de alegría y pasión; en lo que le haga sonreir desde su verdad más honda.

El matrimonio, los hijos, las carreras, determinados tipos de trabajo, las creencias sobre el cuerpo, la imagen o hasta las enfermedades, no siempre son lo que uno en el fondo anhela vivir. Y con mucho más énfasis: olvídese de creer ciegamente en todo lo que le dicen, sobre todo de los demás, acuérdese que cada quien habla desde su proyección y de acuerdo a las frustraciones en su propio camino.

Tome los consejos no pedidos con mucha reserva, y sólo sírvase de aquello a lo que su instinto dice fuertemente ¡sí!; fíjese bien en el ejemplo de quien habla. Guarde silencio cuando no tenga algo bueno qué decir sobre las situaciones y los demás, porque así como lo pueden influenciar, usted también puede ser un influenciador para cambiar un destino negativamente.

Filtre las noticias y los bombardeos de información con su criterio, y aprenda a ver con una mente que discierne y sabe reconocer la verdad que impera en un todo más completo. Eleve su visión para tener el espectro más amplio, y atrévase a romper con lo estipulado cuando es limitante, desempoderador o lo aleje de su verdad.

 

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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