Es increíble cómo la humanidad, no importando que haya pisado la Luna, sigamos aferrándonos a milagros y personajes de la fantasía. En Hamlet, Shakespeare asegura que “existen sobre la Tierra más cosas de las que alcanza a percibir la imaginación”. Si a esto le sumamos que todos esos fantásticos personajes son difíciles de ver así de golpe, la cosa se pone dura de comprobar. Mi madre creía de niña que con una pestaña de perro entre las suyas, podría ver a los muertos y al mismísimo diablo!!! Ufff. Yo sin ella, lo he visto de “cuello blanco”
Vámonos a las raíces: hada (del latín fatum: hado, destino) es una criatura fantástica y sutil. En la mitología griega y romana las llaman Hados, y se refería más bien a entes poderosos, casi dioses.
Si nos remitimos al imaginario popular más generalizado, las hadas, tienen forma de mujer hermosa y bella con alas de mariposa; que según la tradición son protectoras de la naturaleza; dónde están, pues en el mismo lugar que los elfos, gnomos, duendes, orcos, sirenas y gigantes de las leyendas y las mitologías de todos los pueblos antiguos.
¿Se han fijado cuántos seres fantásticos se presentan con alas? Hadas, ángeles, dragones, pegasos, hipogrifos, y más. Según las obras de Chrétien de Troyes y especialmente Jean d’Arras (1478/1854), Couldrette y Thiiring von Ringoltingen, las hadas son “unos seres de gran belleza, muy blancas, poseedoras de considerables riquezas y en ocasiones dotadas de talento en construcción u otras artes”.
“Casi siempre suelen estar vinculadas o muy cerca de los bosques y el agua (ríos, lagos, fuentes…). Además todas ellas poseen conocimientos de las plantas, las piedras y los conjuros. Con ellos logran su riqueza material y sus encantos”.
Pero ¿en qué momento surgen? ¡¡¡Porque ni Darwin ni la Biblia las menciona!!! Las leyendas sostienen que las hadas son ángeles caídos o paganos muertos que no han sido suficientemente buenos para entrar en el paraíso, ni tan malos como para entrar en el infierno, quedando obligados a vivir eternamente a mitad de camino. Como en un limbo o purgatorio.
Otra leyenda (apócrifa) cuenta que “cierta vez, estaba Eva a orillas de un río bañando a sus hijos, cuando escuchó que Dios le habló. Temerosa, Eva oculto a los hijos que todavía no había bañado, para que Él no los viera. Dios, que todo lo ve, le preguntó si con ella estaban todos sus hijos y Eva mintiendo, respondió que sí. Entonces, Dios le advirtió que aquellos que había ocultado, quedarían ocultos para siempre a los ojos de los hombres y fueron esos niños los que se convirtieron en hadas o elfos”.
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Esta es como metáfora de las que nos cuentan las catequistas. En Europa siguen con la tradición de que los duendes y hadas son los mayores bromistas del mundo y tienen propensión a las travesuras y jugarretas (extravían a caminantes incautos, asustan a las gentes, les esconden cosas…). Y también allá del “otro lado del charco” les llaman “la gente menuda” a los duendes y las hadas. Según la zona dirán que se asemejan a humanos y otros dirán que a animales salvajes. O que “pueden ser de una belleza encantadora, según las normas y cánones humanos o, mostrarse enjutos, velludos y de una fealdad grotesca”.
El problema es que aunque un ser humano las vea y luego trate de describirlas no podrá hacerlo a ciencia cierta porque no sabrá si lo que vió era la realidad ¡¡¡o un hechizo!!! La agresión por parte de los humanos a árboles, plantas y animales se considera una afrenta a estos seres y por ello también reciben el nombre de “elementales”, de su relación con los cuatro elementos básicos y primarios de la Naturaleza: tierra, agua, aire y fuego.
¿Que dónde viven? Pues como nosotros, hechos muégano, en comunidades en ríos, bosques, montañas e, incluso, en los hogares de la gente.
PARA PENSARLE…
A todo esto, pues con tantos años de hablar de las hadas y de formas tan diferentes, ahora podríamos establecer hasta “clases” diferentes de hadas. Digo… si hasta en los tinacos hay niveles. La mayoría tienen su origen en la mitología celta que luego se sincretizaron con un montón de otras culturas y religiones con sus respectivas mitologías. Estas clasificaciones y asociaciones con los elementos son contemporáneas, creadas por los creyentes de esoterismo, espiritismo o hasta wiccas. Algunas de estas clasificaciones son: Lamias, hadas de la mitología vasca. Poseen largos cabellos que peinan con peines de oro que son muy preciados. Sus pies son palmeados, como los de un pato, exceptuando a las Itsaslamia, las lamias marinas, semejantes a sirenas. Ninfas, hadas de la mitología griega que pueden ser: Náyades: ninfas que pueblan los ríos, a veces son hijas de éstos, por ejemplo, Eurídice; Nereidas: ninfas del mar Mediterráneo, hijas de Nereo. A veces son descritas como mujeres con cola de pez. Destacan Anfitrite y Tetis; Oceánides: ninfas del océano, hijas de éste. Destacan Metis (madre de Atenea) y Doris (madre de las nereidas); Dríades: ninfas de los bosques, a veces asociadas a los robles; Hamadríades: ninfas ligadas a un árbol concreto de tal modo que si éste era cortado, la ninfa moría con él; Melíades: ninfas de los fresnos, nacen de la sangre de Urano (dios del Cielo). Son las ninfas más antiguas. Sílfides, hadas de los vientos; Paracelso es el primero en citarlas y son, según él, los seres elementales del aire. Salamandras, hadas del fuego. Drinfas, hadas de la tierra.
Creencias sobre las Hadas
• La creencia general es que son de tamaño diminuto, aunque pueden adoptar tamaños gigantescos.
• Viven muchos años –pueden alcanzar del orden de los 500 años o más– pero no son inmortales. No mueren sino que empiezan a menguar hasta desvanecerse totalmente.
• Éticamente son neutros; pueden resultar perversos y dañinos, así como bondadosos y amables, en función de nuestro contacto personal con ellos. No distinguen moralmente el bien del mal, aunque ayuden a la gente bondadosa y perjudican a los que son malvados.
• Sus principales ocupaciones son: la música, la danza, las luchas, los juegos y el amor.
• A las hadas les gustan los alimentos naturales.
• La gente menuda adora la leche y la miel, y sorben el néctar del cáliz de las flores, que es para ellos su vino mágico.
• Si tienes un trébol de cuatro hojas, podrás ver a las hadas en su estado invisible (las hadas tienen la facultad de hacerse visibles e invisibles a los ojos mortales y, simultáneamente, pueden hacerse visibles a una persona e invisibles a otra).
• “Digital”, “Dedal de los duendes” o “Dedal de monja”: lo usan las hadas de sombreros y de guantes.
• “Prímulas”: hacen visible lo invisible y comérselo es un modo seguro de ver a las hadas. También son conocidas como “Primaveras”. (se distinguen por la facultad que tienen de hallar el oro escondido por las hadas; también se les conoce como “Llaves de paloma”: llaves para abrir el camino hacia el tesoro).
• “Serpol”: es parecida al tomillo. Se dice que no se debe tener dentro de casa, porque es una invitación a que entren en ella duendes y hadas traviesos. También quien lo lleva encima es capaz de ver a las hadas.
• “Pensamiento”: lo utilizan como filtro de amor.
• “Campánula”: También reciben el nombre de “Campanas de muerto”. Flor llena de peligros. Oír el sonar de una campánula, es oír el tañido de la propia muerte.
• “La hierba de San Juan”: es muy eficaz contra los conjuros y sirve de protección contra las hadas malvadas.
• La “Hierba cana” y el “Ballico”: lo emplean la gente menuda como sustitutivos del caballo.
ÁRBOLES preferidos de las hadas: el espino albar, el endrino, el avellano, el arraclán, el fresno, el serbal, el saúco y el roble.
Hay muchos árboles que son las guaridas de la “gente menuda”. A los seres humanos que cometen la imprudencia de pasar junto a un árbol-huésped a última hora de la noche, se les llenan los brazos de cardenales con los pellizcos de las hadas.
• El serbal: se le considera eficaz contra los malos espíritus. (Entre los druidas, el serbal se le utilizaba como oráculo. Se hacían hogueras con madera de serbal para conjurar a los espíritus, a los que se les hacían preguntas).
• El saúco: a veces, el saúco es una bruja en forma de árbol, y no se debe cortar sin pedirle permiso.
• El abedul: Al espíritu del abedul se le llama “El de la mano blanca”. Si la mano toca una cabeza, deja una señal blanca y produce la locura, pero si toca el corazón es el toque de la muerte.
• El fresno: con él se hacían las varitas mágicas de los druidas y, además, el fresno tiene propiedades curativas.
La seta más relacionada con las hadas es el agárico (amanita muscaria), de propiedades venenosas alucinógenas. Los vikingos comían este hongo mágico, llamado berserk, para lograr el furor en la batalla.
Datos curiosos
En toda Europa, el pueblo, y en especial las comunidades rurales, han conservado una gran riqueza de tradiciones relativas a estos seres que adoptan una gran variedad de formas y que pueden ser buenos o malos, perjudiciales o benéficos, pero a los que en cualquier caso hay que tratarlos con gran prudencia, pues ofenderlos puede ser muy peligroso. Para protegerse de ellos o para ganarse su favor, hay muchos amuletos, gestos, rituales, etc., en los que el pueblo confiaba ciegamente.