La Navidad tiene cierto efecto sobre nosotros, ¿no se si lo han notado? Quizá sea porque se acerca el fin de un ciclo y que nuestras emociones están tan a flor de piel, que hasta un villancico hace que se nos escape una lagrimita. O qué tal en las fiestas de la oficina, donde el amor flota más que en un 14 de febrero.
Es la temporada, que le vamos a hacer.
En contraparte, esta época es un momento ideal para reinventarnos. Para ayudarte con ellos y que contemples el mundo desde otra perspectiva damos estos cinco secretos que nadie te dirá sobre la Navidad.
1. Buenos y malos finales: más allá de ese sentimiento de euforia y dadivosidad que contagia el mundo… ¿Cómo pinta el final del año para ti? ¿Bien, mal o regular? ¿Fue un año con saldo positivo o mejor ni hablamos de ello?
Estos días son perfectos para revaluar: ¡¿Qué diantres hicimos con nuestro dinero y si valió realmente la pena?! Puede ser shockeante al principio mirar sobre nuestro hombro y ver ciertas cosas que no queremos ni recordar. Lo importante es que no te lamentes, sino que empieces a trazar los ajustes que necesitas.
2. Es tiempo de…: las personas perdemos la noción de lo que hemos logrado y sobre todo de lo que tenemos. Es más fácil siempre desear más y sentirnos mal porque no lo podemos tener en ese momento.
Aprender a transformar esa ‘ansiedad’ en algo positivo, inicia por hacer un recuento de todas las cosas buenas que tenemos -no sólo físicas, también emocionales-, ese simple ejercicio -si lo quieres llamar así- al final puede hacer totalmente la diferencia.
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3. Paz mental: La paz mental tiene un precio, el cual es muchísimo más bajo que perderla. Sólo se trata de saber esperar, lo cual en nuestros días de “correr sin parar” parece una contradicción. Porque eso de tener que esperar para comprar los regalos, el gadget de moda, la estola que viste en un comercial o todo lo que tenga etiqueta roja no está cool. Sobre todo viniendo del Buen Fin, del Cyber monday y las ventas nocturnas.
Perdernos en este espacio nos lleva a sacrificar parte de nuestra paz mental para caer en un episodio de estrés por el “Y… ¡¿cómo voy a pagar todo esto?!” y no importan los 20 meses sin intereses, es estar atado por decisión propia. Rompe con esa tradición y no malgastes tu paz mental.
4. Ese regalo que nunca llega: y sabes una cosa nunca llegará si no empieza a hacer algo al respecto. Desde ese reloj hasta la réplica del escudo del Capitán América, pasando por un viaje a Rusia, nada te caerá del cielo.
Lo siguiente puede sonar un poco fuerte, pero ¡Deja de soñar! y empieza a conducir tus acciones hacia esa dirección, porque hasta Santa Claus necesita de una pequeña ayuda.
5. Resignificar las cosas: en estos días de ‘paz y amor’ empezar a ver el mundo de manera más crítica -en especial las cosas que hacemos con nuestro dinero- es un avance enorme para entender qué está pasando con nuestras finanzas personales y cómo transformarlas para que empiecen a funcionar mejor para nosotros y a darnos beneficios.
Tal vez, resignificar nuestras carteras puede ser algo intimidante, porque nos obliga a aprender nuevas cosas y nos enfrenta a decisiones a las que preferimos ‘sacarles la vuelta’ o de plano posponerlas de manera indefinida.
Así que esta Navidad, sus días previos y subsecuentes atrévete a cambiar un poco las cosas. Y verás que esos diminutos ajustes atraerán buenas cosas, donde los buenos finales serán más numeroso que los malos.
Hasta la próxima y feliz navidad y buenos pesos para todos.