Delfina Gómez, precandidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, será la principal beneficiada de la fracasada estrategia electoral que planeaba el PRD con Acción Nacional. Nos dicen que en el Sol Azteca, ante la posibilidad que la corriente ADN, ligada –según los propios perredistas— al gobierno mexiquense ponga al candidato a gobernador, los otros grupos podrían hacer campaña a favor del partido de Andrés Manuel López Obrador, por lo que nos aseguran ya van avanzadas dichas negociaciones. La pregunta es ¿el apoyo lo harán público o será de facto? En eso están los negociadores. La jugada de Morena es sin duda tener presencia importante en el congreso local, incluso por arriba del PRD.
El Congreso prepara una serie de acciones para proponerle al gobierno en esta crisis internacional con Estados Unidos. La jugada de la oposición en el Congreso es atenuar algunas decisiones internas, en asuntos netamente nacionales como el gasolinazo que se viene en febrero y que el PRD y el PAN proponen se cancele hasta nuevo aviso para no aumentar la molestia ni la polarización social. Nos aseguran que las reuniones entre Presidencia y el Congreso seguirán en las próximas semanas así que habrá que esperar a ver qué tipo de acuerdos pueden lograr para calmar las aguas en México.
Guillermo Anaya Llamas, candidato del PAN a la gubernatura de Coahuila, fue el primero en aplaudir la decisión del PRD de no acompañarlo en estos comicios electorales pues representan muy poco porcentaje y ahora prepara una fuerte campaña al lado de dos partidos locales, con los que asegura le dará la alternancia política a dicha entidad, en la que la familia Moreira, dice él, corrompió hasta al perredismo.