Opinión

Quiero invertir, ¿qué es lo mejor y lo peor que puede pasar?

“Cuando hablas de riesgo, ¿qué quieres decir?”, me preguntó hace unos días una de mis mejores amigas. Estábamos desayunando unos huevos con verduras en la Roma Norte y, cuando me lo preguntó, su tenedor se quedó en el aire y sus ojos negros y redondos pasaron de su plato humeante a mi cara.

Ella ya me había preguntado hace algún tiempo sobre qué alternativas tenía para invertir su dinero. La diferencia es que, aquella vez, la pregunta había venido ya en la despedida, pero esta vez la pregunta vino a mitad del omelet, lo cual era señal de que no se iría sin respuestas. La cosa ya iba más en serio.

“¿Riesgo de que pierda dinero?”, agregó. La respuesta corta es no necesariamente, dije. Le di un bocado más al omelet y lo hice a un lado.

Cuando hablamos de riesgo en las inversiones, hablamos de la posibilidad de que el valor de tu inversión tenga variaciones en el tiempo. Hay instrumentos de inversión que son considerados más riesgosos porque la posibilidad de que tengan variaciones en su valor es mayor que otros.

¿Cómo qué instrumentos son considerados muy seguros? Un ejemplo son los pagarés bancarios que, dependiendo de la institución financiera, pueden pagarte un rendimiento desde 1.23% en un año. Otro ejemplo son los cetes, que hoy pagan rendimientos de alrededor de 6.9% en un año.

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¿Por qué estos instrumentos -considerados muy seguros- no generan variaciones en tu inversión? Porque en estos casos, el rendimiento ya está pactado desde que los contratas.

Peeeeeeero en las inversiones, el riesgo premia. O sea, cuando tú inviertes en un instrumento que es considerado muy seguro, su rendimiento tiende a ser menor que el de aquellos instrumentos que son considerados de mayor riesgo, en los que el rendimiento potencial es mucho mayor.

¿Qué tipo de instrumentos pueden tener mayores variaciones? Las acciones y los fondos que invierten en acciones, por ejemplo. Las acciones, a diferencia de los pagarés o los cetes, no te pueden garantizar un rendimiento determinado. Y es que cuando tú inviertes en acciones, te estás volviendo dueño de una pequeña parte de una empresa que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores y, cuando a la empresa le va mal, tú corres con la misma suerte, pero cuando le va bien, a ti te va bien y puedes tener rendimientos mucho mayores de los que te puede dar un cete o un pagaré.

¿Y si baja la acción, voy a perder? No necesariamente. Para que una baja se convierta en una pérdida, tienes que deshacerte de tu acción, o sea, retirar tu dinero. Pero si tú conservas esa acción, tienes la posibilidad de que su valor vuelva a subir y entonces venderla a un precio mayor y entonces tomar una ganancia. Con las acciones, eso pasa todo el tiempo.

El momento de salir de una inversión es precisamente cuando la inversión va bien, no cuando va mal o porque tuviste una urgencia y necesitas el dinero.

Afortunadamente ya existen plataformas, como piggo, que te hacen un balance entre ambos tipos de instrumentos para aspirar a mejores rendimientos con un riesgo menor.

Con esto espero despejar la duda, no solo de mi amiga, sino la de más personas que pudieran tener esa misma pregunta. Si no, tenemos pendiente un desayuno.

Si tienes dudas sobre ahorro o inversión, escríbeme a ilse@piggo.mx.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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