Sólo han pasado cinco días de que nuestro México nuevamente fue sacudido por la fuerza de la naturaleza, fuerza que ha sido una inyección multiplicada de pasión y entrega para todos los mexicanos.
Nuestros corazones ya se encontraban marcados por el sismo registrado apenas unos días antes, nuestros pensamientos y recuerdos estaban conmemorando aquel sismo de 1985 que dejó huella en cada uno de nosotros, y así, sin importar nuestro sentir, fuimos sorprendidos repentinamente.
Sin embargo, el mayor sobresalto lo hemos vivido todos y cada uno de nosotros, hemos sido testigos de lo que somos capaces de hacer.
A lo largo de mi carrera he trabajado temas de liderazgo, trabajo en equipo, motivación, productividad, entre otros, y hoy más que nunca, reitero que todos los seres humanos tenemos la capacidad innata de brillar.
Sólo es cuestión de plantearnos metas claras para así trabajar con pasión y enfoque por ellos. Así como el sismo no discriminó el impacto de sus daños, de igual manera las personas hemos respondido para la ayuda.
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Sin importarnos quienes somos o de dónde venimos, hemos armado grandes equipos de trabajo, donde cada quien haciendo bien lo que debe de hacer, suma asertivamente para llegar a un cierto objetivo.
No hemos visto quien diga “yo no quiero hacer esto”, “yo sólo trabajo con X”, “después de las ocho ya no trabajo”, “luego te envío lo que necesitas”, “ahorita tengo muchos pendientes”, y podría seguir con la lista de frases cotidianas de nuestra rutina diaria.
De lo único que hemos sido testigos es de la sensibilidad humana que trasciende y consigue lo que se propone, que sin importar el cansancio o fatiga sigue de pie porque sabe que es pieza clave y que sin él/ella el equipo no puede avanzar.
Hoy tenemos el poder para decidir cómo queremos afrontar estos momentos y qué queremos aprender de estos. A continuación, comparto algunas acciones para que, este suceso sea el principio de un cambio. – Cree en ti, en los otros y en tú país.
No permitas que información manipulada permee tus pensamientos. Cada vez que te sientas incapaz, recuerda todos aquellos triunfos que hemos alcanzado en estos días. – Agradece.
Por los que están y por los que estuvieron; pero sobre todo, por ser parte de un país donde somos más los buenos que los malos.