¿Papá ‘barco’ o papá de verdad?

Hay progenitores de todo tipo y el perfil de éstos obedece primordialmente a qué tan sólido es su instinto paternal y también a la manera como asimilan su entorno para adaptarse a la circunstancia de tener hijos.

Entiéndase la paternidad, para muchos hombres, que quede bien claro, como un sueño cumplido para aquellos que de alguna manera desde la infancia se visualizaron teniendo hijos y disfrutando al máximo la llegada y la crianza de éstos. Sin embargo, como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus desventajas, y al tratarse ésta (la paternidad) de una faceta la cual no viene con un instructivo detallado para desempeñarse y la cual se tiene que ir descifrando sobre la marcha nos encontraremos con papás de todo tipo.

Hay padres disciplinarios, hay padres comprensivos, hay padres permisivos, hay padres desobligados, hay padres sobreprotectores, hay padres empáticos, hay padres hirientes, hay padres buena onda… lo cierto es que hay progenitores de todo tipo y el perfil de éstos obedece primordialmente a qué tan sólido es su instinto paternal y también a la manera como asimilan su entorno para adaptarse a la circunstancia de tener hijos.

Lo que sí es un hecho incontrovertible es que cuando un hombre se convierte en papá su vida se transforma por completo, lo que definitivamente lo pone en una situación de constante aprendizaje porque los hijos, a cualquier edad, representan un reto y un compromiso permanente. Así que, si tienes pensando convertirte pronto en papá más te vale entender de una buena vez que para ser un buen padre vas a tener que esforzarte todo el tiempo.

Antes que nada vas a requerir de abrir tu mente para adquirir conocimientos que muy probablemente no sabías que existían. Asimismo, será de mucha utilidad que hagas acopio de paciencia y tranquilidad para desentrañar todos los secretos ocultos que implica la paternidad. Obvio, si eres de mecha corta y explotas a la menor provocación y tienes muy poca resistencia a la frustración te recomiendo que busques otra actividad porque, definitivamente, esto de ser papá no será lo tuyo.

A los hijos hay que inculcarles valores, enseñarles cosas positivas, educarlos de la mejor manera posible y guiarlos en todo momento a través del ejemplo. Igualmente, habrá que echar mano del carácter e imponer la disciplina cuando alguno de ellos muestre síntomas que querer descarrilarse del buen camino, porque en esta larga travesía que es la paternidad no hay nada peor que desentenderse de los hijos cuando éstos se están comportando de manera poco apropiada o asumir que “con el tiempo” se van a enderezar. ¡Nada de eso! Suponer que un mal comportamiento va a desaparecer como por arte de magia es renunciar al valiosísimo compromiso de influir positivamente en un ser humano en formación.

Y, por favor, bajo ninguna circunstancia se te ocurra mirarte a ti mismo como “amigo de tus hijos”, porque no hay nada más catastrófico en esta vida que convertirte en el cuate de tus progenitores y comportarte como un compa de ellos. Lo cierto es que a lo largo de su vida tus hijos van a tener muchísimos amigos de todo tipo y padre sólo van a tener uno. Sí, construye una relación padre-hijo basada en la confianza, en el amor, en la familiaridad, pero bajo ninguna circunstancia permitas que ante los ojos de tu vástago dejes de ser esa (necesaria) figura de autoridad que él tanto necesita para su buen crecimiento para transformarte en “alguien más”.

Es tu decisión, de ti depende: ¿Quieres ser un papá barco o un padre de verdad?

 

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