“No hagas nada, quédate cómo estás mientras yo veo cómo solucionar todos tus problemas”, escuchamos durante décadas del régimen. Y aún las seguimos escuchando. Hace poco nos dijeron que estudiar no sirve de nada. Naces pobre y seguirás pobre aunque estudies, dicen las voces del status quo. Lo mismo nos dicen acerca de los partidos políticos. No vale la pena pensar en algo diferente. Los partidos políticos son nuestro destino y única opción.
En realidad parece que sí hay de otra. La jornada de recolección de firmas que los candidatos independientes llevan a cabo por todo el país, habla de un electorado ávido de propuestas y harto de los partidos políticos. “Que se vayan todos” parecemos repetir. Por todas partes, encontramos un país sangrado por tres hechos, a) la vida humana no vale nada, b) los servidores públicos se sirven a sí mismos solamente, c) la mayoría de la población es pobre.
Ante esa realidad, los mexicanos tenemos dos opciones, i) asumir que hemos fracasado, ii) pensar en la utopía. Algunas personas conciben que Morena representa esa utopía. Un día, Andrés Manuel propone a Carlos Urzúa como su Secretario de Hacienda y parece que eso es posible. Al día siguiente pacta con la CNTE el rechazo a la reforma educativa, o propone a Cuauhtémoc Blanco como candidato a gobernador por Morelos, y nos hace pensar que su modelo fracasará.
Hoy sabemos que muy probablemente tendremos tres candidatos independientes compitiendo en la boleta a la Presidencia de la República. Todo parece indicar que Margarita Zavala, Armando Ríos Piter y Jaime Rodríguez El Bronco habrán conseguido las firmas necesarias para la próxima semana que culmina este periodo. En todo el país, habrá también candidatos independientes a alcaldías y presidencias municipales que han conseguido las firmas.
“No tienen oportunidad, no vale la pena” repiten las voces del status quo. Depende qué significa esto. El caso de Puebla es otra vez, un buen ejemplo de esta contradicción. Enrique Cárdenas Sánchez encabeza el movimiento Sumamos.
Cárdenas es quien al frente del Centro de Estudios Espinosa Yglesias encabezó la primera iniciativa de ley que la ciudadanía propuso en México, para iniciar el Sistema Nacional Anticorrupción. Después de la ley, el poder operó para que el sistema fuera desarticulado y quedara sin dientes, pero eso es otra cosa.
Sumamos ha operado contra las reglas electorales más limitativas en México. Tan es así, que de acuerdo con la ley electoral de Puebla, un candidato ciudadano está obligado a reunir 4000 firmas diarias, según ha denunciado el propio Cárdenas. Como referencia, la ley de la Ciudad de México obliga a reunir 400 firmas diarias, en un mercado electoral bastante más grande que el de Puebla.
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Durante poco más de 30 días, los voluntarios de Sumamos salieron a las calles y reunieron 30 mil firmas. ¿Es poco? ¿Fracaso? Como se aprecia en un gráfico que han distribuido, estas firmas de 30 mil ciudadanos que buscan una salida a los problemas políticos, representan más personas que los principales partidos políticos en Puebla. Parece más un despertar que un fracaso, aunque las voces del status quo ya operan para convencernos de lo contrario.
Las firmas ciudadanas parecen ser el convencimiento de que algo se puede hacer para acabar con inseguridad, corrupción y pobreza, los tres jinetes del Apocalipsis mexicano.