Andrés Manuel López Obrador padece la traición con la que se manejan los grupos políticos en Hidalgo, pues el Partido Encuentro Social con el que firmó una coalición se reveló y manifestó su apoyo a la candidatura al Senado de la priista Nuvia Mayorga porque en la fórmula va Alejandro González Murillo, sobrino del ex procurador Jesús Murillo, cobijado por Nueva Alianza tras renunciar al PES. Además, el Grupo Universidad, que lidera Gerardo Sosa, le prometió el voto, pero, como dueño de la franquicia de Movimiento Ciudadano, también le inyecta capital político al frente que postula Ricardo Anaya.
Enrique Ochoa Reza, líder del PRI nacional, no enfrenta un escenario sencillo el próximo 4 de marzo, aniversario del partido. La dirigencia encara una serie de reclamos de militantes locales que se quejan de imposiciones de candidatos en sus estados desde el centro del país. Desde Tabasco, hasta Sonora, no son pocos los miembros del tricolor que, nos dicen, buscarán expresar su malestar por las decisiones tomadas en este periodo con miras a las elecciones de julio próximo.
Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, descuidó las reuniones semanales de gabinete que inició con su gestión y que incluían el debate de temas como servicios públicos, transporte, ambulantaje, salud y educación. En la parte alta de su administración sólo mantuvo las de seguridad y, ahora, organizaciones sociales le reclaman que colonias en el centro de la ciudad con alta explosión demográfica como la Roma, Condesa y Del Valle tienen cada vez más problemas de abasto de agua, entre otras deficiencias que han sido más evidentes las últimas semanas.
Ricardo Anaya, aspirante a la Presidencia de la República por el PAN, PRD y MC, acudió a la PGR para exigir que la dependencia aclare si es que cometió una conducta indebida tras cinco meses de pesquisas por un presunto caso de lavado de dinero tras la compra-venta de un inmueble en Querétaro. Tras sellarle el documento de recibido, inmediatamente la procuraduría envió un comunicado en el que aseguraban que el precandidato se negó a formalizar su declaración ante el ministerio público, lo cual Anaya negó. Al final, todo quedó en el aire. ¿Ahora qué pasará en la telenovela electoral?