Opinión

Juntos Haremos Historia

El próximo 1 de julio habremos de optar por la instauración de un modelo de desarrollo basado en el combate a la corrupción y a la descomunal desigualdad social,

Este viernes 30 de marzo arrancaron las campañas electorales mediante las cuales se disputará el destino de la nación. Y de cuyo desenlace dependerá la felicidad o el infortunio de la mayoría de mexicanos.

En efecto, el próximo 1 de julio habremos de optar por la instauración de un modelo de desarrollo basado en el combate a la corrupción y a la descomunal desigualdad social, o por continuar con el modelo neoliberal que ha empobrecido a 53 millones de personas, mientras 43 por ciento de la riqueza es acaparada por el uno por ciento de la población.

Por razones históricas, este domingo 31 López Obrador dio inicio a su campaña en Ciudad Juárez, Chihuahua. Porque, dijo, “aquí comienza nuestra patria. En este legendario Paso del Norte donde se refugió Juárez en los tiempos de la lucha contra conservadores y el imperio francés”. Y porque desde ahí regresó para restaurar la República en 1867.

Y porque 44 años después, Francisco I. Madero libró una batalla fundamental en esa ciudad para lograr, con el respaldo de Pascual Orozco y Pancho Villa, que Porfirio Díaz renunciara a la Presidencia para dar origen a la Revolución Mexicana.

También porque “desde 2008, Ciudad Juárez es uno de los centros urbanos con mayor desempleo, en donde se sufre una crisis de bienestar social. Y porque aquí empezó el horror de los feminicidios. Las multiplicadas amenazas a las mujeres”.

En tal contexto, López Obrador afirmó que la decadencia del país comenzó con la instauración del modelo neoliberal. En treinta años, advirtió, el crecimiento real ha sido de cero. “Y lo peor es que ha desatado la corrupción más colosal en nuestra historia. Porque a partir del gobierno de Carlos Salinas se optó por abandonar la historia para instaurar un modelo que excluye a las mayorías y sólo favorece a una pequeña minoría”.

El candidato de Juntos Haremos Historia afirmó, asimismo, que hasta antes del neoliberalismo los gobernantes no se habían atrevido a privatizar minas, electricidad, petróleo. Ni a concesionar, como en el porfiriato, el territorio.

De tal manera, ante la corrupción institucionalizada, aseguró que el principal propósito de su gobierno será el de desterrar la corrupción y la impunidad.

López Obrador no predica en el desierto. Porque sabe que Morena se consolida como la primera fuerza electoral del país, incluso en entidades donde su presencia antes era nula o mínima, como por ejemplo en Guanajuato, Sonora, Nuevo León, Chihuahua y Jalisco.

Tan es así, que los resultados de las siete principales encuestadoras coinciden en que López Obrador encabeza las preferencias electorales.
En efecto IPSOS, El Financiero, Mitofsky, GEA-ISA, Parametría, SDP Noticias y el Barómetro Electoral Bloomberg le dan un promedio de 40 por ciento o más en las presencias electorales.

Y más aún: señalan que hay una tendencia ascendente del candidato de Morena, al tiempo que revelan el estancamiento de Ricardo Anaya y José Antonio Meade.

Por si fuera poco, en su primera predicción electoral, el diario español El País, de orientación conservadora, coloca a López Obrador como el “presidente más probable” con 79 por ciento de posibilidades, seguido de Ricardo Anaya con 16 y José Antonio Meade con 5 por ciento.

Días antes del 31 de marzo, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia había reiterado que de ganar la elección gobernará con austeridad y reducirá a la mitad su salario como presidente.

“Voy a seguir viviendo en mi domicilio”, señaló, y advirtió que convertirá a la mansión de Los Pinos “en un espacio cultural abierto, en Chapultepec, a las artes y la ciudadanía”.

Por ésas y otras muchas razones, la gran mayoría de mexicanos estamos convencidos que de Ciudad Juárez López Obrador partirá a establecer la cuarta gran transformación de México.

Una transformación que continuará la traza libertaria de la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Innovación y Esperanza.

Ese mismo domingo 31 de marzo, Claudia Sheinbaum Pardo, candidata de Morena, PT y Encuentro Social a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, presentó su Programa de Gobierno y al equipo que la acompañará en su campaña electoral.

Su proyecto, intitulado Innovación y Esperanza, se sustenta en cinco principios básicos: 1. Innovación, 2. Sustentabilidad, 3. Igualdad y Justicia, 4. Honradez y 5. Gobierno abierto.

Con respaldo en la Constitución local, advirtió Sheinbaum, su gobierno pondrá énfasis en el impulso a los derechos humanos y sociales y a la dignidad de las personas, en el marco de un gobierno laico capaz de promover la formación de ciudadanos participativos, críticos y solidarios.
Tajante, destacó su determinación de “revertir las condiciones de corrupción, inseguridad, desorden en el desarrollo humano, escasez de agua, deterioro de la movilidad, desigualdad, contaminación y carencia de espacios públicos, culturales y comunitarios que han caracterizado a la última administración de la Ciudad de México”.

Y se comprometió a eliminar las fotomultas, los ilegales aumentos al predial y a incrementar el apoyo a los productores agrícolas de la capital. Además de atender, de forma integral, a los damnificados cuyas viviendas fueron afectadas por el sismo del pasado 19 de septiembre.

También prometió imponer la alerta de género para proteger a las mujeres y poner coto a la oleada de feminicidios que azota a la capital.

Claudia Sheinbaum manifestó su decisión de poner punto final a la violación de los usos de suelo, y a imponer un “sumamente estricto” control de las construcciones, así como su rechazo al Programa General de Desarrollo Urbano auspiciado por el régimen capitalino actual, el cual buscará derogar para proponer otro programa con sentido social, en favor de los auténticos derechos de los vecinos.

Imposible mencionar aquí, en su totalidad, al sobresaliente equipo de campaña que acompañará a Claudia Sheinbaum en su campaña para lograr que la verdadera izquierda reconquiste la Ciudad de México.

Por eso me limito a mencionar que Alejandro Encinas es el coordinador general y Jesús Ramírez Cuevas, el secretario técnico. Y que los coordinadores son José Alfonso Suárez del Real y Estela Damián (de campaña), Rosa Isela Rodríguez (gobierno), Ana Laura Magaloni (seguridad y justicia), Alejandro Ernesto Mohar (desarrollo urbano), Florencia Serranía Soto (movilidad), José Luis Beato, (desarrollo económico), Jaime Morales (derechos humanos y sociales), Myriam Urzúa (reconstrucción y gestión integral de riesgos), Ramón Domínguez (agua y temas hidráulicos), José Merino (gobierno abierto y transparente) y Paco Ignacio Taibo II (cultura).

La doctora Sheinbaum me designó como uno de los cuatro voceros de su campaña, un nombramiento que me honra y al cual me dedicaré con el empeño de quien, como tantos otros millones de mexicanos, deseamos la regeneración y reconstrucción de nuestra patria.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último

Te recomendamos